¿Cómo defender tu propio proceso creativo?
Diálogo iniciado por Juliana Chiriví Amaya en el artículo Los cuentos del diseño
Fernando, difiero contigo en que la justificación más valedera para explicar nuestro trabajo es «me gustó y pienso que funcionará muy bien» ya que para muchos profesores o clientes esto demuestra inseguridad y esperan ese «cuento» para convencerse de la calidad del producto. Creo más pertinente decir que es lo mínimo que debemos pensar durante el proceso de diseño y más aún, estar convencidos de los resultados para que nuestro espíritu crítico y discursivo (como bien mencionas en tu blog en el artículo «réquiem para una cosa y otra cosa») le devuelva el alma al producto y a nuestra profesión.
Apoyo la opinión de Juliana y lo que un dia hablaba con un compañero, todo diseño tiene un proceso, quizá no es el proceso más ortodoxo como lo menciona Jeff Conklin en su articulo Problemas Complejos y Complejidad Social (Enlace) en el cual menciona que el proceso de diseño no es por pasos, sino por problema-solución-problema1-solución1 etc. Demostrando que un diseño simplemente no surge de «algo que me gusto» sino de un trabajo. Aunque no niego con su opinión y como decía un profesor: a la hora de tomar una decisión, es dada por la INTUICIÓN.
Creo que estan malinterpretando la esencia del artículo; es real la connotación que hace Fernando respecto a «los cuentos», y el verdadero proceso de desarrollo creativo-funcional, es decir, no es necesario un cuento falso o cocido al vapor solo para cumplir un requisito, o lo que es lo mismo, engañar con una sopa de sandeces al cliente {el cual regularmente no tiene idea de que le estas diciendo}; la vía más aproximada a lo correcto y a lo apropiado, es pensar y describir tu plan creativo antes de comenzar a bocetar tu trabajo,
Claro Oscar, no estoy objetando la postura de Fernando con respecto a que ese «cuento» rebuscado y falso es inapropiado, a lo que me refiero es que también puede ser muy arriesgado definir y justificar nuestro trabajo únicamente desde el argumento de la intuición y la subjetividad. Confiar y conocer tu trabajo es solo el primer paso para justificarlo de forma simple pero convincente para el cliente y para el usuario.
David y Juliana, estoy de acuerdo en que cada diseño debe tener su proceso, desde el diseñador con el objeto, pero creo que, no necesariamente se tiene que evidenciar toda la toma de decisiones ni referentes que se toman introspectivamente, creo que es muy escolar esta apreciación, creo que muchos objetos se pueden justificar por sí mismos, sin necesidad de un packaging mental.
En serio crees eso? Por sí mismo cada objeto se puede justificar por si mismo? Crees que estos argumentos pueden ser sostenible con un cliente que invertirá una suma fuerte de recursos para introducir una nueva marca en el mercado? Lejos de los cuentos de la intuición y las maquetas mentales existe el breefing, la investigación, el estudio de mercado y cientos mas de recursos que nos ayudarán a cerrar lo más posible el margen de error del posicionamiento y la aceptación de tu marca.
Es muy cierto; cuando me refería a que los objetos se pueden justificar solos en el mercado, obviamente el estudio previo, breefing, contrabreefing y la tomas de decisiones van un poco mas encaminadas al cliente primario, aunque creo igual que su punto de vista está un poco permeado hacia el diseño grafico, yo como diseñador industrial justifico un poco esta idea que recalco, los objetos pueden actuar por si mismos sin necesidad de un manual del cómo se diseño y como lo debe usar cuadriculadamente.
Cuando diseñas un objeto, estimado Sebastián, el fin del mismo debe ser su óptimo funcionamiento. Lo mismo sucede en el gráfico. Esto se consigue estudiando ergonomía y leyendo a Munari. Una silla debe ser y funcionar como silla, no podemos esperar que el cliente le encuentre otros usos. Pensar en estas libertades aleja al diseño de la función. Ese es el problema de nuestro ejercicio, somos solucionadores de necesidades.
Ahora bien, no hay que explicar el proceso ni inventar nada que no se vea a simple vista, pero es necesario argumentar nuestros productos de diseño.
Claro Sebastian y Jaime, mi comentario final sería el siguiente. Hace algunos meses tuve un trabajo de desarrollo de identidad de una empresa de alimentos, mi resultado después de mi análisis y mi breefing fue conservar la identidad sobria, casera, sencilla y natural con la que el negocio se levanto en más de diez años, a tal punto de lograr ser una empresa altamente rentable. Tras mi anteproyecto la decisión del cliente fue rotundamente negativa, a pesar de mi justificación de que los clientes amaban la tradición del lugar y era lo necesario, el cliente optó por deleitar su ego.