Diálogo iniciado por Julia Michlig sobre:

Julián Verna
La comunicación oficial no es propaganda política
Cuando se confunden el uso de los recursos de comunicación estatales para intereses partidarios.

Julia Michlig
Buen artículo para introducir el tema. Coincido en general, pero me gustaría más precisión y ejemplos. ¿Dónde está la frontera entre comunicación gubernamental y política? El debate es largo. ¿No se puede tener una marca gestión además de la heráldica y la marca país, provincia o ciudad (según el caso)? Cuando un funcionario, actual o futuro candidato, tiene web personal y paga anuncios en redes sociales a modo de campaña, ¿quién banca los costos? ¿Qué hacemos con los sitios web oficiales que, lejos de facilitar información pública, se volvieron portales de noticias con más fotos que datos?
Eleonor Alvarez
Jul 2013Creo vamos más hacia el punto de que no se deberían invertir fondos públicos a promocionar al encargado o al candidato; mejorar su imagen personal no es el objetivo de la comunicación, como dices, eso puede pagarlo él mismo de su bolsillo y creo no debería mezclarse en el debate.
Si es institucional debería comunicar de la institución, no solo de las personas que participan de la misma. Por ejemplo: se publicita a la persona inaugurando espacios públicos, pero puede no se comuniquen los procesos y detalles del espacio, que serán los contactos de los usuarios con la institución.

Julia Michlig
Jul 2013Hay gestiones con poca obra, muchos actos y fotos (donde instalan candidatos). Por otro lado, gestiones con mucha obra, pero de bajo perfil, sin grandes inauguraciones, y pocas fotos. Los extremos no son buenos. No hay que pagar con fondos públicos la campaña del oficialismo de turno, que aumenta año tras año el presupuesto en publicidad y propagada. Pero tampoco descuidar la comunicación gubernamental, esa que debe contarle a toda la población las acciones de la gestión, con la finalidad de generar consenso y aprobación ciudadana. Ni más, ni menos.
Julián Verna
Jul 2013No creo que sea tan complicada la diferencia entre comunicación oficial y propaganda política. Lo difícil es que los funcionarios tomen las decisiones políticas apropiadas, para informar, comunicar y promocionar «políticas públicas», genuinas.

