Diálogo Nº 53973
Diálogo iniciado en el artículo ¿“Investigar” o, simplemente, “estudiar”?
El diseño requiere talento, dotes para la creatividad e innovación y para ello de libertad de pensamiento, sin ataduras, tabúes, prejuicios o convenciones, sin embargo, nada parece indicar que una sólida preparación teórica, limite la tan requerida libertad, por el contrario, la libertad de pensamiento, parte en última instancia, del conocimiento de la necesidad (Dialéctica libertad – necesidad), al decir de José Martí, «…ser cultos es el único modo de ser libres…» (Martí Pérez, 1962), de modo que contar con una sólida preparación teórica, y metodológica, redunda en un sistema de conocimientos más amplio y sólido, como soporte de un pensamiento más abarcador y flexible y por tanto más libre, para tomar decisiones, crear e innovar.
Para alcanzar estos conocimientos que no sólo reproduzcan la cultura, sino que potencie su enriquecimiento, es necesaria la investigación científica, que deslinde y precise los alcances en la frontera del conocimiento. No se trata sólo de diseñar objetos, espacios, maquinarias o mensajes visuales, según cánones ya conocidos, sino ir más allá en el camino del conocimiento del diseño, como actividad consustancialmente humana.
No todo diseño requiere de investigación científica, en disímiles situaciones, es el resultado de la intuición, la idea brillante y la sublimación creativa del diseñador, de su oficio y contexto sociocultural, sin embargo, precisamente, lo que va a diferenciar en última instancia, el diseño como oficio, del diseño como profesión, son las competencias del diseñador para investigar la realidad y encontrar las mejores soluciones, desde los fundamentos teóricos y metodológicos de su práctica.