El líder vencedor
Una de las tareas más difíciles y que más llena de adrenalina al líder, es mantener su equipo enfocado y motivado hacia la consecución exitosa de las metas.
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El éxito en guiar a su equipo tiene que ver con la actitud del líder. Antes de iniciar este escrito busqué en el diccionario el significado de «actitud», esta palabra tan frecuentemente usada, para asegurarme de que la interpretamos correctamente. De acuerdo al diccionario Larousse, actitud es:
postura del cuerpo.
disposición de ánimo manifestada exteriormente.
Según The American Heritage Dictionary of the English Language, actitud o attitude significa:
la posición del cuerpo o manera de mostrarse uno mismo, indicativo de su estado de ánimo o condición.
un estado de ánimo o sentimiento relacionado a alguna circunstancia; disposición.
Prácticamente ambas definiciones coinciden. Reconozco tres conceptos intrínsecos a esa palabra: estado de ánimo, lenguaje corporal y disposición.
Estado de ánimo
Me imagino que todos nos parecemos, en el sentido de que buscamos mantener nuestro estado de ánimo en alta motivación dadas nuestras propias circunstancias de vida. Los líderes somos creadores de futuro, vencedores, guerreros, visionarios, con gran espíritu de crecimiento; padres y maestros que disfrutamos y celebramos con nuestros compañeros de equipo el logro de las metas; analíticos, estudiando y aprendiendo de las caídas propias y ajenas; creadores de líderes y muchos atributos más.
Ahora bien, mi realidad como líder es que en cada segundo llevo una carga emocional determinada por mis circunstancias de vida personal y laboral, impactada además por todas esas variables y eventos externos sobre los cuales no tengo control, pero inciden en mi estado de ánimo. Esta realidad laboral está matizada por el hecho de que cada una de las personas que conforman mi equipo tiene su propia carga emocional, producto de sus circunstancias de vida. A su vez, mi líder y mis colíderes tienen sus propios estados de ánimo.
Yo como líder debo tener control sobre mi estado de ánimo para vencer mis circunstancias y liderar a mi equipo. Debo siempre plantearles los retos de forma altamente motivante y constructiva para que ellos se aislen de sus circunstancias personales y el estado de ánimo individual y grupal sea avasallante, altamente motivado y enfocado al logro. Como líderes no nos podemos dejar llevar o distraer por los estados de ánimo negativos. ¡Somos vencedores!
Lenguaje corporal
Todos somos una maraña de pensamientos a alta velocidad que determinan nuestros estados de ánimo variables en cada fracción de tiempo de nuestras vidas, los cuales se reflejan en nuestro lenguaje corporal. Como líderes debemos tener control sobre nuestros gestos, palabras y movimientos. Creemos que nuestros compañeros de equipo no nos ven, pero nos están observando constantemente. Somos sus maestros para hacer de ellos los nuevos líderes a partir de ese semillero de talento humano maravilloso que la vida nos regaló y puso bajo nuestra tutela. Cuando nos expresamos oral y/o corporalmente, mirémonos en un espejo virtual para darnos cuenta cómo nos pueden estar observando. Analízate y corrígete. Te reto a que preguntes a tres personas sinceras y honestas de tu entorno ¿qué opinión tienes de mi lenguaje corporal?
Es muy importante que como líderes seamos grandes observadores del lenguaje corporal de nuestros liderados, porque debemos captar las situaciones positivas, negativas o indiferentes en ellos y actuar de inmediato para que el espíritu emprendedor y combativo sea el motor que los lance hacia la realización de sus gestiones. Ojo…mira hacia arriba y hacia los lados porque esos compañeros a veces también necesitan de tu chispa vencedora.
Disposición
Los líderes no nos amilanamos por las circunstancias y eventos. Siempre debemos mantenernos enfocados y no desviarnos del logro exitoso de las metas, conservar la racionalidad para ver con claridad el desempeño de los individuos y actuar con prontitud a apoyar, aclarar, guiar, motivar, a fin de que no existan desviaciones del propósito. Podemos cambiar y modificar rumbos siempre y cuando nos lleven al logro de las metas oportunamente. Constantemente debemos estar dispuestos a tender una mano incondicional al compañero que la necesite, escuchar honesta y atentamente las sugerencias y comentarios, validar la información, asegurar la transparencia y la documentación de los eventos, dar afecto, ser ejemplos… dispuestos siempre a que todos seamos exitosos… ¡vencedores!
Te invito a que en este texto cambies las palabras organización, compañeros de equipo y co-líderes, por familia, hijos, cónyuges, parejas.
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