El concepto de diseño y su impacto en la comunicación
Diálogo iniciado por Luciano Cassisi en el artículo El concepto como texto pragmático
Es interesantísimo que hayas puesto a debate este tema tan complejo y poco debatido. En algunos ambientes académicos se ha logrado instalar en los futuros profesionales la idea de que siempre se debe diseñar con un concepto detrás. Esto, conceptualmente, valga la redundancia, es cierto, porque siempre que haya un signo, habrá un concepto detrás, inevitablemente. Estrictamente no es posible la comunicación sin concepto. Para que se entienda, hay concepto incluso en la gráfica decorativa y hasta en la gráfica no diseñada.
Pero a lo que se refieren como concepto en los ambientes académicos, y, por carácter transitivo, también algunos profesionales, no es a eso, sino a una supuesta idea o toma de partido, previa al acto de composición de la gráfica, que sería necesaria para orientar todas las decisiones gráficas y comunicacionales. Esto se plantea como si esa forma de abordaje del trabajo fuera más legítima que otras, más profunda que otras, más sesuda y más eficaz que otras.
Ahí es donde yo no estoy para nada de acuerdo. Porque los procesos posibles para llegar a resultados eficaces son tan diversos como casos y diseñadores existen. Pueden variar según quién sea el diseñador, según el tipo de proyecto, según cuál sea el requerimiento, según en qué etapa de desarrollo profesional se encuentre el diseñador, etc. Hay muchas formas de orientar las decisiones gráficas y ninguna es mejor que otra. A algunos le funcionarán mejor unas, a otros otras.
Me surgió esta reflexión a partir del comentario de Gonzalo Córdova, ya que me recordó que he tenido esta discusión infinidad de veces con mi equipo docente, pero jamás había escrito nada sobre el tema. Ojalá este espacio invite a otros a sumarse al debate y podamos avanzar un poco más.
Queda la incógnita sobré el planteo de Nico Del Real. Entiendo que deberemos esperar a la próxima entrega, pero si fuera posible, me gustaría conocer tu opinión, Nico, sobre esta pequeña reflexión en torno al tema del concepto.
Efectivamente, Luciano, el tema es complejo, y lamentablemente, poco debatido.
El objetivo de este y artículos posteriores, es precisamente eso, generar debate y ahondar un poco en un tema que considero fundamental para el desarrollo y formalización de nuestra profesión.
Considero tu comentario muy acertado, muchas veces la fundamentación de la propuesta a través de un concepto sirve de excusa para pretender que ésta solución de diseño es superior a aquella, dado que ésta está sustentada, pensada, es más original, creativa, etc.
Tampoco estoy de acuerdo con esta postura, llamémosle, «idealista». Todo acto de comunicación efectivo es a través de un signo, el cual está relacionado a un concepto, pero sobre todo, este concepto es pensado por alguien, por un ser en un contexto dado, en un tiempo y espacio determinados. Es aquí donde considero que no estamos del todo en desacuerdo.
Adelantándome un poco, propongo denominar al concepto como «texto pragmático», definiéndolo como un conjunto de información interpretable de acuerdo con una visión particular del mundo. Entendiendo por texto un relato construido a través de la vivencia particular de un ser en un mundo (nótese la influencia y tropicalización Heideggeriana); y por pragmático a lo contextual y factico de la información que se desprende de dicho relato.
Pero no hay que revolvernos tanto, tan rápido. Intentaré explicar la idea lo mejor posible en los siguientes artículos, de tal forma que esta pequeña definición entre dentro de un todo coherente y sistemático, pretendiendo a su vez, quizá ingenuamente, aclarar un poco la cuestión.
Un ejercicio muy interesante sería escuchar las definiciones de otros diseñadores de la noción de concepto y como éstas se fundamentan.