¿Decorador o Diseñador?

El interiorismo está inmerso en un mar de dudas. Entre la decoración y el diseño, hoy se presenta como una profesión que pretende ser reconocida como tal. Si bien esta actividad nació ligada a la Arquitectura, como una rama de apoyo a esta, se fue independizando hasta convertirse en una disciplina diferente, con un campo de acción sumamente amplio. Hoy los diseñadores de interiores además de trabajar con arquitectos, llevamos adelante proyectos en colaboración con otras áreas como el Diseño Gráfico, la Publicidad, el Diseño Industrial, entre otros.

En la Argentina todavía es considerada como una profesión en crecimiento, dado que su incorporación al mercado local data de pocos años. Pero su capacidad de desarrollo es muy amplia. Tal es así, que aún existen dudas entre los clientes sobre el cómo denominar al profesional interiorista y a las tareas que desarrolla. Así, es muy común que se refieran a nosotros como «decoradores».

De más está decir que el diseñador de interiores es mucho más que una simple persona dedicada a decorar espacios, a adornarlos y embellecerlos. Por el contrario, el interiorista es un profesional altamente capacitado para llevar a cabo proyectos que van desde pequeñas remodelaciones hasta transformaciones mucho más complejas e integrales. Por eso, es muy común que trabajemos directamente en conjunto con arquitectos, albañiles, vidrieristas, carpinteros, etc.

Trabajamos tanto de espacios residenciales (cocinas, dormitorios, comedores, etc.) como de espacios comerciales y públicos (oficinas, locales gastronómicos, hoteles, etc.), y en nuestro trabajo volcamos los conocimientos adquiridos durante años de estudio. Podemos incorporarnos a los proyectos mencionados desde la fase creativa hasta la fase producción, que incluye no solo planimetría y detalles constructivos, sino también en muchos casos la conducción de la obra.

Para que una disciplina como el Diseño de Interiores crezca y logre instalarse correctamente en la socliedad, es preciso lograr que el público tenga en claro sus cualidades y aptitudes de desarrollo, y, fundamentalmente, que comience a llamarla por su nombre.

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