Podestá sobre Cuando los objetos configuran las creencias (41627)
Diálogo iniciado por Silvia Podestá en el artículo Cuando los objetos configuran las creencias
Excelente y bella síntesis para explicar y entender la escencia del diseño. Comparto plenamente esta visión.
Felicidades Carlos por traer este tema tan interesante. Pienso yo, que si alguien conocía el gran valor de un objeto y le rendía el mayor culto, indudablemente era Jobs. todo cambiaba en el mercado después que él presentaba uno nuevo; podemos rechazar la marca, pero cada uno de esos dispositivos, sólo hay que usarlos para entender el aporte de Apple al diseño de un objeto. Un poeta como Neruda no inventaba las palabras, sólo componía versos con ellas de manera que sonaran mejor así que de otra manera.
En realidad estamos haciendo valoraciones de aspectos distintos pero que conforman un mismo producto. Uno es el tecnológico-científico (hardware y software), el ergonómico-estético (como Olivetti, Dieter Rams), otro es el aspecto sicológico (estatus, emoción, debilidades, sexo, miedo, etc.) y finalmente la propaganda-imagen. Lo que nadie dirá nunca es que yo hago tal cosa por razones emocionales, por identificación psicológica, por mis temores, o por efectos de la publicidad, o por falta de madurez, envidia, etc. Muchas veces influye más como me verán los demás con tal o cual marca.
Con todo respeto del señor autor, llegué a este artículo queriendo leer algo importante sobre la cultura material, el valor sensible, la carga simbólica del mismo, el valor de una experiencia estética, etc. pero francamente he leído otro artículo donde el diseñador ocupa un papel increiblemente trascendente en la creación de cultura y de creencias. Y hago énfasis en la palabra increiblemente, porque ¿De veras consideran que el diseño configura creencias? Es vulgar jactarse de manipular masas de jóvenes frívolos envueltos en una nube de consumismo y gente que no tiene dos dedos de frente.
El diseño construye las convicciones de las personas, pero esto no quiere decir que los diseñadores sean cínicos o manipuladores de masas. «Las cosas encarnan los objetivos, demuestran las capacidades y forjan la identidad de sus propietarios. Las personas son en gran medida un reflejo de las cosas con las que interaccionan. Por lo tanto, también los objetos forman y usan a sus productores y a sus utilizadores» (Mihály Csíkszentmihályi ed Eugenie Rochberg-Halton, Il significato delle cose, Edizioni Kappa, Roma, 1986)