Diálogo Nº 36462
Diálogo iniciado en el artículo Yo trabajo por el pancho y la Coca
Es muy dificil no caer en esa realidad laboral. Lo veo como una especie de intercambio de un sueldo bajo a cambio de la «valiosa experiencia». El problema es cuando una parte (la patronal), a pesar de ver que hay un profesional capaz y que tiene la camiseta de la empresa puesta, decide extender esa situación hasta el colapso de la misma. El mal pago, la subvaloración de un profesional, también es una forma de maltrato. Duele y hay que reconocerlo.
Felizmente, al menos en Argentina, ya están en ejercicio los primeros Colegios Profesionales que apuntan a dignificar nuestra amada profesión.
La dignidad de nuestra carrera se la damos los profesionales cada vez que respondemos con un trabajo serio y que no se venden por migajas a quienes pretenden hacerla acción de burla por ofertas y pagos de pena. El mal lo genera aquellos que se regalan a falta de determinación y profesionalismo en la ejecución de su «oficio».
Más allá de la seriedad o pasión que se le ponga a determinado proceso creativo, está la cuestión económica. Uno puede ser un excelente profesional y fallar al momento de «tasar» un trabajo. Los clientes, siempre se quejarán por un costo elevado, nunca por un costo bajo, sobretodo si el costo es menor a la calidad del trabajo entregado. Los Colegios Proofesionales, son entidades que tienden a aunar criterios tanto del ejercicio como del valor de un producto terminado, derivando la elección por un profesional u otro a los clientes. (No sé qué pasó, pero mi respuesta apareció en otro comentario)
