Diálogo Nº 13416
Diálogo iniciado en el artículo La magia de la percepción
Habría que preguntarnos si el diseñador gráfico está del todo consciente de crear publicidad engañosa al servicio de la firma para quien trabaja.
En el ejemplo de las galletas no pasa de pagar un poco más por lo mismo, pero es frecuente pagar mucho más por un producto menor.
¿Y qué decir de los productos con veneno en su contenido? La chispa de la vida se antoja burbujeante y refrescante, y los diseñadores y publicistas se esmeran en ello, pero es una adicción terrible y a veces mortal.
¿No será tiempo de marcar parámetros éticos a los creativos?