Xiomara Alejandra Alfaro Acosta

Interesante artículo, me gusta que aclara conceptos que tal vez tenía entendidos de manera diferente, el cómo se le da importancia al productor y se enaltece el diseño participativo. Las referencias son un punto clave para saber qué se está haciendo en la actualidad al rededor de este concepto.

El reto de la técnica utilizada por el ilustrador es precisamente que el boceto se crea mentalmente y se desarrolla directamente sobre el sustrato final que va a ser presentado, es decir, que no admite errores, o por lo menos, no debe dejar verlos a los demás.

El proyecto mencionado en el último párrafo promete tener las características propias de un proyecto ilustrado bien estructurado, enriquecido por el uso de la inusual herramienta y su técnica. Espero poder, igual que el autor lo expone, los resultados de este plan "en un futuro no muy lejano".

No debería hablase de un maquillaje del error. Cuando un diseñador empieza a plasmar sus ideas en el papel, tiene a virtud de que cada trazo es importante para la configuración del diseño final. Un profesor nos suplicaba no borrar ningún trazo hecho desde el principio, ya que en cualquier momento podríamos desear retomarlo para volverlo parte esencial del resultado. Esta es una virtud que olvidamos al trabajar en los programas digitales, donde los trazos que consideramos errores, se quedan como tal, y son eliminados definitivamente. Creo que no hay errores, sino desarrollo.