César Puertas

El diseño ya disponde de teorías propias, no es necesario identificarnos etiquetarnos como comunicadores de ninguna clase para entender qué es lo que hacemos. El diseño no es ningún "cascarón vacío" y las relaciones con las ciencias, las artes y las ingenierías son innegables, pero no son exclusivas del estudio de la comunicación.

El mapa del tesoro ES un artefacto, no el proceso de comunicación en sí, que tiene mucho de inasible. Lo que quiero decir es que el objeto de estudio de nuestra profesión no es la comunicación, para eso está la carrera de comunicación.

Los diseñadores no podemos diseñar la comunicación, sino los artefactos que la hacen posible. En este sentido, «diseño de comunicación visual» es una etiqueta tan parca como la de «diseño gráfico». En lo que sí coincido es en que la palabra «gráfico» se queda corta frente a lo que hacemos, pero el término «visual» no es mucho mejor porque cambia por completo el punto de vista y no el abanico de posibilidades. Acaso lo que debiésemos buscar sea un término más amplio pero que siga poniendo el acento en la naturaleza de los artefactos que generamos.

La comunicación (visual o de cualquier otro tipo) no es diseñable. Lo diseñable son los artefactos que la posibilitan.

De la lectura del artículo no se desprende la reflexión sobre el nombre más adecuado para la profesión. Claramente, lo que hizo la máquina no es diseñar, lo que hace el que toma las decisiones sí. No entiendo cómo de la experiencia que relata Fernando Navia se hace algún aporte a la discusión diseño gráfico vs. comunicación visual.

Evidentemente, la calidad existe, pero los argumentos usados en el ensayo no logran explicar nada al respecto. Por un lado descalifica a quienes lo cuestionan, como en el caso de la estudiante que siempre ridiculiza en sus charlas. Además se blinda con el argumento adicional de que quien no esté de acuerdo, no tiene la cultura visual necesaria. En el mundo académico, y en especial en uno como el del diseño, donde faltan los acuerdos y sobran las posturas basadas en argumentos de autoridad, no es suficiente con afirmar la existencia de los fenómenos. De Chaves todos esperamos mucho más.