Robalino sobre ¡Qué miedo! Vamos a tener que diseñar (55041)

Actualmente, con el aumento incesante de recursos en línea y los programas gratuitos que cada vez hacen más fácil y accesible el «diseñar» para las personas, se ha visto distorsionado el verdadero ejercicio del diseño. Considero cierto que muchos diseñadores han perdido las costumbres más esenciales que debe de tener un diseñador, como el hacer uso de las herramientas primordiales de la profesión, las cuales son la mano, el lápiz y el papel. Nos encontramos saturados de contenidos, pero aún se pueden mantener buenas prácticas para la realización de diseños. Tengo optimismo de que a pesar de que la globalización haya desprendido a algunos diseñadores de las técnicas más manuales del diseño, la tecnología nos permite aprender y mejorar nuestros procesos y sistemas para diseñar, como hacer nuestro ojo más crítico. Está en la consciencia de cada profesional del diseño que sus prácticas sean las adecuadas para el desarrollo de sus propuestas.