Denis Salazar

Coincido con Josefina. Entiendo que de lo que se trata es que utilizamos el término "inspiración" que es entendido como algo místico. Estar inspirados es cuando la satisfacción de ver que nuestras habilidades teóricas y técnicas se encausan en el camino a la solución del problema de diseño que se nos presenta. Creo que cuando decimos "no estamos inspirados" es porque no estamos conformes con los resultados que obtenemos. Pero como es un trabajo, hay que seguir adelante. Hay proyectos cerrados en los que nunca "nos sentimos inspirados".

Coincido en mayoría. Supongo que es una cuestión epistemológica de definir qué es inspiración, puesto que considerarla como algo etéreo, intangible que nos invade y nos lleva a la acción es un tanto erróneo. Creo que a lo que llamamos inspiración en el diseño es ese punto en el que sentimos que el trabajo, el conjunto de acciones que mencionás, se encausa hacia el objetivo completando nuestras espectativas y nos hace sentir satisfechos.

Al margen, los grandes artistas pre-modernismos trabajaron a pedido de mecenas, para transmitir ideas concretas. ¿Similitudes, diferencias?

Entiendo tu postura. En mi estudio nos dedicamos a PyMEs y Emprendedores. Considero que la labor del profesional del diseño tiene que ser un aporte de valor al negocio del cliente. Ciertamente hay piezas como un Logo que no requieren actualización constante si están bien diseñados de base, pero la mayoría de las piezas van a requerirlo, por lo que hay que ser honesto y proponer una nueva forma de trabajo en la que se entienda al diseño como inversión que generará ganancias y no como un gasto optativo para cuando sobra el dinero.

Considero que existe una distorsión al considerar el minimalismo como buen diseño. Minimalismo es solo un estilo, y el "adorno" también hace al mensaje, todo hace al mensaje. Discrepo con tu perspectiva, considero que no solo se trata de "modas", se trata de reflejar los cambios que como empresa en una cultura que se renueva, también debe hacerlo. El lenguaje cambia, el verbal y el visual, no podemos seguir comunicando siempre de la misma manera. Se debe conservar una personalidad, pero no podemos hablar toda la vida con las mismas palabras, o en nuestra profesión, mismos elementos visuales.

En lo que respecta al tema de poner precio al trabajo, creo que hay mucha responsabilidad en los propios profesionales, que muchas veces ni siquiera nosotros estamos segjros de cuánto vale en verdad. Uno puede verificar concretamente el resultado de una operación, pero cueta más medir la eficacia de un diseño cuando no se tiene control de todos los factores que hacen al negocio del cliente.

A diferencia de otras profesiones, es muy difícil mesurar el trabajo que implica cada proyecto. En arquitectura, por ejemplo, son m2, pero principalmente en web, es difícil concertar un criterio. En mi caso, la experiencia me permite calcular las horas que me llevará cada proyecto, por lo que al tener un valor-hora, puedo presupuestar rápidamente. Hay que tener en cuenta muchas más variables que las que la mayoría consideramos al inciar la práctica profesional, desde impuestos hasta lo que cuesta la medialuna del desayuno.

El principal problema del Diseño Gráfico es, según mi criterio, el desconocimiento real de las pertinencias de la profesión, y por lo tanto, el desconocimiento de cómo valuarla en el mercado. La indefinición impide una negociación en la que el profesional reciba el pago que merece por los beneficios que aporta. Todos queremos, porque necesitamos, el dinero, queremos lo mejor por el menor costo posible. Hay que dejar de llorar y aprender que el diseñador no debe ser un bohemio, debe entender perfectamente el negocio, el propio y el del cliente.

El diseño es una profesión proyectual, para construir imágenes debemos hacer un trabajo de reflexión previo, creo que a eso apunta un foro que habla de la profesión.