Nuevo plan de estudios para la carrera de Diseño de la UNLP

En 1919 Alemania comenzaba una de las peores crisis económicas y sociales de su historia moderna. El año anterior se había dado punto final a la 1ª Guerra Mundial con el Tratado de Versalles, obligando al país a pagar una suma exorbitante de dinero en concepto de reparación, sumiendo a la población en la pobreza, la hiperinflación y el hambre.

En ese mundo convulsionado la Bauhaus se constituyó con el objetivo de unificar arte y tecnología, porque su fundador Walter Gropius consideraba que sólo las ideas más brillantes tenían la calidad suficiente para justificar que la industria las multiplicará.¹ Su modelo de educación constituyó uno de los principales referentes (posteriormente se sumaría la escuela de Ulm, «HfG») de la enseñanza de las disciplinas proyectuales.

Cien años después, se inicia un debate postergado en la carrera de Diseño en Comunicación Visual de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP): el cambio del plan de estudios. Postergado, porque no sucede estructuralmente desde el año 1985, cuando todavía un muro separaba la capital germánica, no existían los ordenadores portátiles, menos los smartphones ni las redes sociales; lo que a todas luces muestra un desfase, que no termina allí. Resolver adaptaciones tecnológicas representaría una adaptación menor, aunque no por eso menos importante de debatir. Quienes formamos parte de la comunidad educativa de la Carrera y de la Facultad de Bellas Artes, podemos ser parte de un proceso que arribe a un resultado positivo de crecimiento disciplinar y de jerarquización académica, o podemos quedarnos en la superficie, y hacer apenas un retoque de maquillaje.

Adaptación tecnológica

Mucho se ha debatido este tema dentro de la carrera. Prima una pregunta central: ¿hay que hacer lugar a la enseñanza de software específico para diseño? ¿Alcanza eso para hacerla atractiva a la vista de los estudiantes, ante otras alternativas educativas?

En la Facultad de Bellas Artes-UNLP existe desde el año 2017 el Laboratorio de Herramientas de software libre para el arte y el diseño (SLAD), que dirige el Profesor Claudio Medin, que además de desarrollar su tarea de investigación académica, ejecuta con un gran compromiso y capacidad, junto con las cátedras de la carrera, un proceso de migración del software «restrictivo» al software «libre». En la discusión de plan de estudios debemos tomar este antecedente y poder articularlo para que encuentre un espacio institucional dentro de la currícula.

Esto abre la puerta a otra pregunta: ¿el conocimiento específico de la herramienta de software produce mejores profesionales? Si tomamos arbitrariamente el comienzo del diseño moderno con la fundación de la Bauhaus, la aparición del software especializado en diseño solo representa un 30% de la historia del diseño, y vaya si hubo excelentes profesionales en el 70% inicial. Sin embargo, este dato no clausura el debate, ya que es innegable la necesidad del uso de herramientas informáticas para el mundo laboral actual y para el posicionamiento académico de la carrera.

Centralidad de la temática de género

En un reciente artículo publicado² en el diario El País de Madrid se menciona el olvido de las protagonistas mujeres de la escuela de la Bauhaus por parte de la «historia oficial» del diseño. Este «olvido» no esconde otra cosa que la estructura patriarcal del pensamiento científico y proyectual.

Hoy es un gran momento para el movimiento de mujeres, el reconocimiento de esta desigualdad tanto hacia dentro de las aulas como en los libros, las publicaciones, los puestos jerárquicos o tareas profesionales. Es indispensable incluir este tema en el debate. Como antecedentes académicos podemos mencionar la formación de la cátedra de Diseño y Estudios de Género de la Facultad de Arquitectura, Diseño y urbanismo de la UBA, a cargo de la profesora Griselda Flesler, que busca «establecer las herramientas teóricas adecuadas para entender de manera crítica, por un lado, la conformación sociocultural de los estereotipos de género; y por otro, las jerarquías históricas entre varones y mujeres que han posicionado de manera desventajosa lo femenino en sentido amplio».³

En la UNLP hay las muestras de carreras que han incluido esta temática, tanto en sus espacios curriculares como en sus espacios de gestión, destacándose la Dirección de Políticas Feministas, creada en el año 2018. Esto demuestra la necesidad y la urgencia de la inclusión de esta temática en el debate que llevemos adelante.

La cuestión social en Diseño en Comunicación Visual

Otro de los debates fundamentales que debería incluirse la cuestión social. ¿De qué manera impacta nuestra actividad profesional en el mundo que nos rodea? Desde comienzos del siglo XXI, académicos de nuestra disciplina han intentado dar respuesta a este interrogante: Frascara, Ledesma, Arfuch y Chaves, por mencionar algunos.

La experiencia del Punto Azul representa la articulación del espacio educativo con el mundo de los trabajadores excluidos (cartoneros carreros, textiles, agricultores, etc.). Se lleva adelante desde el año 2016 entre la Cátedra C del Taller, la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular) y estudiantes voluntarios. Este trabajo de articulación permite a los estudiantes aproximarse a una realidad social diferente y valoriza el trabajo de aquellos que menos tienen. Sucede igual cuando se trabaja con cooperativas de trabajo, organismos de derechos humanos u organizaciones de la sociedad civil dentro de la mayoría de las cátedras y que se refleja por la gran cantidad de trabajos de graduación que tienen estas temáticas. Surge otra pregunta: ¿no será necesario, entonces, que la aproximación a este contenido tenga un lugar en nuestra currícula? En lo personal creo, y en consonancia con la herencia de la Bauhaus, que la formación en el campo de la ciencias sociales creará profesionales más críticos y comprometidos con la realidad social.

Sobre la formación teórica

En el campo de las disciplinas proyectuales se constituyó un paradigma que hace prevalecer el estudio formal-tecnológico por sobre el teórico, la reflexión y la investigación. Nuestra carrera es parte de este paradigma, representando el contenido teórico menos de un tercio del total de la currícula académica actual.

Son muchos los referentes del diseño en comunicación visual que coinciden en la necesidad de superar esa premisa⁴. La posibilidad de fortalecer y jerarquizar la disciplina parte de la reflexión y construcción de saberes. Este camino debe encontrar espacios en la propuesta curricular académica para generar profesionales críticos y de valor, tanto hacia adentro de la institución académica como hacía práctica profesional de los graduados.

Los aniversarios son buenos para recordar y festejar grandes cosas del pasado, para no dejarlas morir en el olvido. La Bauhaus nos propone que repensemos nuestro presente, que diseñemos nuestro futuro. La historia nos espera a la vuelta de la esquina.

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