Coyaguillo sobre El problema del concepto como texto pragmático en el diseño (55107)
Diálogo iniciado por Adriana Coyaguillo en el artículo El problema del concepto como texto pragmático en el diseño
Ciertamente el concepto como texto pragmático siempre tiene que ser objetivo, pues el diseñador gráfico es únicamente el medio por el cual la información se traduce visualmente manteniendo la premisa fundamental. Dicho así, entender la perspectiva del usuario es primordial, porque es a quien el diseño debe responder. Si no es de esta manera se habrá perdido la imparcialidad y se actuará con intransigencia en el proceso.
Ahora, un diseñador puede interpretar la información a través del usuario y si de paso este concepto genera un impacto positivo en la sociedad, no es inherente al comunicador visual. Si bien puede ser agente de cambio social, esto es independiente de los conceptos que transmite como profesional. Concuerdo en que es imperativo que emplee su capacidad para transmitir ideas claras que respondan a los requerimientos de la sociedad.
La responsabilidad moral del diseñador no siempre va a estar comprometida, pero puede darse el caso en que sea necesario adaptarse a las necesidades específicas del contenido, incluso si esto implica comprometer en cierta medida la visión personal del diseñador. Después de todo, el comunicador visual solo puede decidir si trabajar con un determinado concepto o no, jamás cambiarlo para su propia satisfacción.
Concuerdo en que el diseñador gráfico actúa como un traductor visual objetivo, conectando esencialmente con la perspectiva del usuario para evitar rigideces en el proceso creativo. Aunque es valioso que el diseño tenga un impacto positivo en la sociedad, es necesario entender que esto no define al comunicador visual como un agente de cambio. La responsabilidad moral del diseñador puede surgir al adaptarse a las necesidades específicas del contenido, incluso si eso implica comprometer su visión personal, manteniendo siempre la distinción entre decidir trabajar con un concepto y cambiarlo para su propia satisfacción.