Diálogo Nº 44219
Diálogo iniciado en el artículo Diseño y credibilidad del mensaje
Shigeo Fukuda o Milton Glaser ¿se limitaron a "dar el tono"? La eficacia del mensaje no debiera ser el fin último del diseñador. Y con ese par de ejemplos de hecho no lo es. Precisamente esa capacidad políglota, que proviene del desarrollo cultural del profesional, puede traspasar los límites de la eficacia y desarrollar significados no esperados. ¿I "love" NY es la respuesta simple y llanamente adecuada al programa? Ese diseño supuso romper el mismísimo programa. Se introdujo en un torrente de producciones simbólicas eficaces y adecuadas del momento -finales de los setenta- como un virus. Modificó, alteró, revolucionó, saltó. Y derivó un nuevo significado. Ni siquiera el mismo Glaser anticipó el alcance de su trabajo, por el que, entre otras cosas, no cobró un dólar. Ese el rol del diseño, del diseñador: crear nuevos significados -al igual que todos los que trabajamos en la cultura y en las industrias creativas- ¿Contentémonos con ser eficaces? Chato, muy chato.