Ernesto Goddio

La pregunta que me hago como diseñador es, ¿hasta donde estoy dispuesto a ganar y hasta donde estoy dispuesto a perder? Por lo general termino perdiendo, llevado por la competencia (casi) desleal, los clientes soberbios y analfabetos en el tema (mala combinación) y la necesidad impetuosa de generar entrada a mi estudio. Llevo 14 años trabajando junto a mi socia y debemos aprender a encontrar nuestros clientes (que satisfagan nuestras pretensiones economicas y que sean abiertos), además muchas veces tenemos que hacer escuela con ellos, lo cual nos gusta mucho porque significa que están dispuestos a aprender y avanzar.

Lamentablemente si el cliente busca "precios", siempre gana el mas barato, pero, tal vez no sea el cliente que te convenga, y quisiera cerrar con una frase que he leído por ahí: "si piensas que el buen diseño es caro, deberías saber cuanto te cuesta el mal diseño".

¡Muy buen artículo y a emprender la campaña!

Creo que inevitablemente un cliente siempre recorre nuestro portfolio, así como también en nosotros está ese pequeño ego de mostrar los logros obtenidos en los trabajos realizados. Pero, hay algo que es de suma importancia, somos personas tratando con personas y nuestro trabajo, además de lo que el cliente pueda ver en nuestra web, comienza desde que atendemos por primera vez el teléfono, contestamos un mail, vamos a una reunión o presentamos bocetos, es en el trabajo diario y en las respuestas que damos que el cliente decide seguir o no con nosotros, decide volver a llamarnos o recomendarnos.