Catalina Isabel Mellado Vega

Concuerdo con que esta actitud superficial de especificar áreas es una actitud repetida ante la ética social, cultural, política, etc. Lo vemos en nuestra misma educación temprana cuando nos enseñan que matemáticas nada tiene que ver con ciencias o con la música, enseñándonos que nada en la vida se relaciona. Por lo mismo, discrepo con que la gravedad está en la aclaración de la precisión. Me parece que es mucho más grave esta misma precisión. Definir tan tajantemente que ʼestoʼ es esto y no lo otro, es generar límites, impidiendo la innovación y la reflexión.

Está bien, arte y arquitectura pueden aportarse una a la otra, pero es precisamente cuando los límites se confunden que aparecen cosas aún más interesantes (como la casa Batlló de Gaudí ya mencionada).

Hacen falta menos definiciones al momento de crear, para que en estas innovaciones entonces nos podamos romper la cabeza generando discusión sobre a qué área pertenece. Desafiar los límites podría ser mucho más enriquecedor.