Soledad Nores

Bastará con que sea dialógica, recursiva y holográfica desde cualquier punto de vista que se la mire. La vista de un punto bastará para cambiar el punto de vista. Miremos si no una marca gráfica conocida por todos, la marca del Pueblo de Dios, del pueblo cristiano, la marca de la Cruz. Un grafismo simple concreto cargado de significado, que identifica el sentir de un pueblo. Un pueblo que se reconoce acreedor de una conndonación, de una vez y para siempre, de una inmensa deuda de amor para con el Amor. Un «sí quiero» hacerme cargo de mí mismo y de lo que me corresponde para enmendar esa deuda

La fe no consiste en creer que podemos caminar sobre el agua sino en atreverse a creer en aquellos signos que nos invitan a apostar por una realidad que se juzga más real que la misma realidad visible. Es apostar por otra realidad más sólida que el agua misma. Toda manifestación consta de un cuerpo formal y un espíritu. Una narración natural y otra sobrenatural que se mueve en un plano superior y necesita atención para alcanzarla. Detrás de esta manifestación de diseño hay una Historia que nos invita a leer los signos de los tiempos desde un lugar diferente, es cuestión de atreverse.