Gustavo Lorenzo

Por lo que recuerdo se refería a que son tareas que requieren procesos mentales diferentes. El estratega no debe "contaminarse" de las posibles soluciones gráficas para lograr una gestión objetiva. O sea: si sos el que diseña, tenés que olvidarte del diseño concreto y pensar en conceptos. Y si sos el que diseña, no tenés que dejarte llevar por soluciones "bonitas" pero poco pertinentes (no estratégicas).

Algo así.

Pero es Luciano quien puede contestar mejor esto.

El proceso de estrategia, diagnóstico y programa de diseño tiene también el objetivo de realizar un traspaso de saberes (del cliente al diseñador y visceversa). Si el proceso está bien realizado, no debería pedirte eso. A no ser, como decís, que efectivamente sea un necio. En ese caso el error fue no darse cuenta a tiempo de su necedad. Nunca trabajes con necios. jajajajaja

Muy bueno, Luciano. No hay que cansarse de hablar sobre la compulsión a la originalidad.

En nuestra experiencia —en el campo del diseño de signos marcarios—, una vez que adoptamos los principios de Chaves-Belluccia y Foroalfa (hace ya muchos años), ese problema desapareció.

Al trabajar con una estrategia de identidad, un diagnóstico y un programa de diseño claros, dejamos de sentir la presión de presentarle al cliente un logotipo «original» o «creativo». El cliente comprende que lo que necesita es, por ejemplo, una elección tipográfica correcta, con los ajustes necesarios para convertirla en logotipo, y ya no demanda «más diseño».

También hay que tener claro que, como diseñadores, no somos artistas: nadie tiene que «ver nuestra mano». Al menos, ese es el camino que elegimos nosotros.

Gracias, un placer volver a leerte (sin desmerecer los videos, que están fenómenos 😁).

¡Abrazos!