Jorge Ortega

No creo que llegue al punto de convertirse en la «Comic Sans» moderna, no hay motivos para odiarla, es una tipografía amigable pero hay que saber usarla en el contexto adecuado y no abusar de ella...

Es muy ariesgado que un diseñador gráfico se atribuya ese título, UX y UI son temas muy abarcadores, si he construido websites responsive o interfaces para aplicaciones, aunque eso es complementario, pero eso no me da el derecho de atribuirme esa especialidad muy compleja...

Buen aporte, a las empresas ya no les interesa la cantidad de certificados o diplomas que hayas adquirido, lo que vale es tu habilidad y creatividad, un link que direccione a tu portafolio tiene mucho mas peso que cualquier otra cosa...

Extremadamente minimalista, por su abstracción da una infinidad de conceptos que a su vez se asocian con su cromática, a primera vista me pareció que se trataba de Campus Party™.

Tiene muchas connotaciones, dejando de lado el concepto superficial, adentrémonos a lo subjetivo. A simple vista tambien se lee ZION. Recuerdo a Rik Clay quien fue músico, diseñador gráfico, web, escritor e investigador independiente, tuvo una versión «descabellada» por considerarla así, sobre el simbolismo del logo que detrás de todo tenía un aire de conspiración oscuro y revelador. Más tarde Rik muere misteriosamente y su blog desaparece de la red con todas sus investigaciones. Este tipo de cosas pasan desapercibidas pór los interpretes de los signos, hay que romper barreras de subjetividad.

Con la llegada de internet se han visto barbaries en contra de la propiedad intelectual, pero asi mismo ha surgido una filosofía alejada de todas las restricciones que se impone en la creción de una obra, me refiero al «Copyleft» del cual se desprenden las licencias Creative Commons que muchos autores la utilizan para publicar sus trabajos educativos o informativos siempre y cuando éste se comparta de la misma manera. Todos los diseñadores y profesionales del medio deben conocer esta cláusula que se la puede aplicar incluso comercialmente

El principio «la forma sigue siempre a la función» ha sido el paradigma dominante de los diseñadores; ahora, «la función sigue a la forma» es una tendencia contemporánea donde la estética tiene mas relevancia. Paralelo a eso se implanta la valiosa estrategia de la obsolencia en los objetos. Recuerdo una película del 50 donde un científico crea un hilo que no se desgasta nunca, éste es perseguido por los dueños de la fabrica y obligado a vender su fórmula para que no salga a la luz. Diseñar un objeto para que falle está relacionado intrínsecamente con su forma y utilidad, el resto es subjetivo.

Diseñar correctamente tomando en cuenta los factores sociales, medioambientales, económicos y políticos se ha vuelto una utopía. Una de las grandes descepciones del diseñador es acoplarse al sistema en el que nos desenvolvemos, eso implica adaptar estratégicamente «obsolencia» en lo que hacemos, eso es lo que hace que nuestra economía funcione y se mantenga tan exitosa. En nuestro actual sistema el diseño sostenible no existe, es solo una simple estrategia para mantener un flujo y reflujo constante donde la meta aquí es generar «ganancias». Nuestro planeta no es lineal, empecemos x ahi.