Alejandro Velázquez

El logo –bueno o malo– requiere ser visto por los públicos, así que son dos cosas diferentes. Si el logo es excelente y nadie lo conoce no sirvió.

La inversión en publicidad o mercadotecnia no es que sustituya, es que sin ella el logo no existe; claro que sin logo, de nada sirve la inversión o no hay nada que difundir.

Además de herramientas para mujeres, recordemos lo que el diseño hace con mucha frecuencia y que abona a los estereotipos de género como lo que está dirigido a niñas: juguetes, muebles, ropa, etc., objetos que colocan a la mujer en una lamentable situación de contemplación de escenas y personajes, que le imponen o le van fabricando una identidad limitativa tanto a ellas como a toda la familia.

Deberíamos diseñar objetos para niños y niñas que fomenten el pensamiento igualitario, la creatividad, la colaboración y que aporten a la convivencia y el respeto.

Las diseñadoras aportarían mucho aquí.

En México tenemos un dicho: «No tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre» (refiriéndose a que quien es objeto de una conducta abusiva por parte de alguien a quien se le otorgó algún grado de confianza, es quien la provocó o la pudo evitar); desde luego que Heineken está abusando y explotando el ansia que muchos tienen de ver su trabajo en las calles y casas, pero quien puede parar esto son los que tristemente seguirán aceptándolo.

Aun dentro de la disciplina, habrá conocimiento que apartentemente «nunca usaremos»; aquí de lo que se trata es que el conocimiento nos forma como personas, independientemente del oficio que tengamos, es decir, el postulado vale para cualquier perfil humano. Se trata de ser lo más universales que podamos. Por supuesto que además investigaremos sobre cada proyecto que hagamos, pero nuestro juicio estará enriquecido con todo lo que conocemos, teórico o no, relativo al proyecto o no.

Desde luego que tendríamos que conocer el brief del proyecto, y sobre todo cuál es el target que pretende la marca (ahí yo veo gamers y sus gadgets), sin embargo es claro que destrozaron el monograma (habrá quien vea audacia e innovación). Creo que es un afán de síntesis llevado al extremo (la diversión del diseñador por encima de los objetivos del proyecto).

Seguro que Moving Brands tendrá sus argumentos, pero sí podemos juzgar el resultado y, por algo, no se adoptó. Si es tan prospectivo pensemos en cómo lo leerán consumidores que hoy no conocen HP. Si la marca es HP se debe leer, punto. Precioso el proyecto pero no funciona.