Lissette Marin Moguel

Cada año, veo al diseñador más como un instrumento para representar las ideas del cliente, en vez de resolver una problemática visual, industrial,etc.. El origen de esto está en las aulas, donde no se argumenta y no se defiende las posturas por elementos teóricos, sino se evaluan al «feeling».

La mentalidad debe comenzar por el diseñador y ser más culto en los temas, debe argumentar y dar razón de ellos con estudios y datos duros.

Tema de gran actualidad, que ayuda a tener conciencia del medio, sino que al mismo tiempo se propone un área de diseño que pocos han considerado, y que a partir de estas iniciativas se generarán nuevas.

En Mérida los sueldos como asalariados de un despacho son mucho menores que el que obtiene un freelance con la misma experiencia, teniendo un sueldo de 300 a 400 dls al mes, en comparación con un freelance que en un proyecto sencillo obtiene la misma remuneración en un lapso de una semana. Sin embargo si el proyecto se realiza en los estados vecinos (Quintana Roo ó Tabasco, por ejemplo) los sueldos se duplican al instante, y esto es por una cuestión aun cultural en donde los empresarios siguen con empresas familiares y consideran mas importante las relaciones públicas que el impacto e imagen de sus productos.