Libeth Jemaina

Me sorprendió que no tocaras el tema de la ética profesional. He visto ya muchos casos en los cuales el portafolio del diseñador es espectacular sin embargo, no son suyos los trabajos o como dicen en Méx «se fusilaban» el de alguién más. Gracias por el artículo.

Considero que el argumentar y el diseñar son prácticas que van de la mano y como bien lo dice el artículo, no debemos descuidar éste aspecto. De hecho, a la hora de diseñar estamos argumentando «algo» al poner de manera gráfica lo que estamos pensando o pretendiendo comunicar. Esto involucra, claro está, que el diseñador sea en todo momento un ser consciente y pensante. El verdadero diseñador tiene un discurso firme en su trabajo, asume la responsabilidad de su producción y de su mensaje y a la hora que se le pregunta sobre su obra, sabe responder. Muchas gracias por tan excelente artículo.