Alfonso Mostalac

La diversificación en ocasiones es de manera natural, es decir, los mejores estudiantes siempre se separan de los no tan buenos, coincido en el hecho de que encomendarles tareas mas complejas a los mas adelantados desarrollará mejor su educación, sin embargo los menos adelantados siempre son para un docente el mayor de los retos ya que el lograr que estos estudiantes superen sus problemas y desarrollen la capacidad detectada por su maestro es un gran logro profesional.

Aplaudo el punto donde se critica el esquema del estudiante que solo escucha y la formación de grupos heterogéneos.

Definitivamente desde el inicio de la carrera debería de existir una materia que incluyera casos prácticos reales en los q se evalúe la interactividad con algún cliente, patrón o institución. Yo siempre comento q falta algo como «vida real» un vínculo entre los diseñadores y el entorno real del mercado. Algo que debería apoyarse es la obligatoriedad de la experiencia laboral pre-titulación, no el servicio social, sino algo q realmente lance al diseñador al mundo y lo haga sentir en su entorno. Esto depende mucho de la actitud de cada persona, cosa que lo complica aun mas.

Es básico comprender la necesidad de comunicación que se nos presenta, una vez hecho esto la investigación a profundidad del tema (color, imagen, connotaciones, etc) es necesaria. El bocetaje es una etapa que ningún diseñador debe olvidar, el «arte» de bocetar a mano es lo que diferencia a un diseñador o a un creativo de un técnico o de un operador de programas. Una idea creativa puede ser desarrollada por cualquiera pero la IDEA es lo mas importante. Finalmente la entrega de archivos al cliente. La supervisión de procesos posteriores es muy apreciada y añade valor al trabajo del diseñador.

No es que deba ser novedoso u original, si el mensaje a comunicar se presta o no dependerá del diseñador explotar cualquier posibilidad para lograr que, el público objetivo, encuentre lo suficientemente atractivo este mensaje para leerlo, escucharlo o verlo, posteriormente entenderlo y finalmente decidir entre aceptarlo o descartarlo. En un mundo con tanta contaminación visual es importante que la propuesta del diseñador se distinga del resto, he ahí el verdadero reto. No caer en la prostitución del mercado quien encarga sus diseños a gente que por manejar cierta paquetería se cree diseñador.

Al dudar de la ética de un diseño estamos afirmando la certeza de la duda (según Descartes). El diseñador es quien da forma a un mensaje que se quiere transmitir, por lo tanto es responsable indirectamente del efecto que dicho mensaje pueda provocar.

Si bien somos contratados para comunicar y cobramos por ello, debemos convencernos de no transmitir mensajes que atenten contra la humanidad, contra el planeta, contra la moral especifica de cada región (los códigos morales cambian en cada cultura), contra la salud, etc. Se debería instaurar un «juramento hipocrático» para los diseñadores.