Psicología del color: la importancia del contexto

«Si sabemos emplear adecuadamente los colores, ahorraremos mucho tiempo y esfuerzo».

Es necesario definir el escenario en el que actuará el color, ya que según el ámbito que escojamos será más fácil definir su papel. La psicología del color estudia cómo las longitudes de onda de luz, percibidas como colores por la mente humana, afectan el comportamiento desde su percepción visual. El color se ha usado con fines simbólicos, artísticos y comunicativos.

Conocemos muchos más sentimientos que colores. Por eso, cada color puede producir muchos efectos distintos, a menudo contradictorios. Un mismo color actúa en cada ocasión de manera diferente. El mismo rojo puede resultar erótico o brutal, inoportuno o noble. Un mismo verde puede parecer saludable, venenoso o tranquilizante. Un amarillo, radiante o hiriente. ¿A qué se deben estos efectos tan particulares? Ningún color aparece aislado; cada color está rodeado de otros colores. En un efecto intervienen varios colores: un acorde de colores. (Heller, 2008, p.18)

Cada color posee un potencial expresivo que debe ser gestionado con conocimiento y sensibilidad para lograr una comunicación visual efectiva. El color puede producir, transmitir o generar emociones, tanto positivas como negativas, dependiendo de su percepción. Un color por sí mismo no tiene un significado único. El color es un elemento polisémico.

Un color puede poseer una dualidad, como por ejemplo el rojo: se puede asociar al amor, a la pasión, a la sensualidad, así como también al peligro, a la sangre, a la agresividad. Existen estos dos tipos de asociaciones y, para diferenciar un rojo de otro, dependerá de su contexto. Si vemos un rojo en un labial junto a una chica joven arreglada con un vestido de noche, tal vez signifique sensualidad, pero si vemos un rojo en un labial junto a una mujer anciana desarreglada con una falda, ¿significará lo mismo? Pues no, porque su contexto es distinto y eso construye una percepción distinta.

La percepción del color en los seres humanos es muy amplia. La significación de un color está fuertemente influenciada por factores culturales, sociales e individuales. Para significar un color es importante considerar el contexto, el público receptor, los códigos culturales, el acorde cromático y los colores o elementos que acompañen a ese color (principal).

La mayoría de los colores están asociados con elementos de la naturaleza y elementos donde el ser humano percibió un color; es por eso que muchos colores adquieren un significado, aunque no sea único. Así, el color se convierte en un lenguaje no verbal.

El cerebro procesa y asocia los colores con experiencias previas, emociones y significados culturales. El estudio de la psicología del color demuestra que los colores no solo decoran, sino que comunican, influyen y transforman de acuerdo a su contexto.

En el diseño gráfico, en la ilustración, el uso estratégico del color puede mejorar la comprensión, la pregnancia y la respuesta emocional frente a un mensaje. En la vida cotidiana, puede modelar estados de ánimo, comportamientos y decisiones de forma sutil pero significativa.