Aplicación de logos: Desafío a la consistencia rígida de la marca
La creencia de que una marca debe aplicarse siempre de manera idéntica es errónea. La clave es la reconocibilidad, no la consistencia rígida. El diseñador gráfico propone, pero es el diseñador de producto quien define la materialidad, el color y la ubicación final del logotipo. Esto permite personalizar la aplicación para que no desentone, priorizando la identificación sobre la reproducción exacta.
La aplicación en el producto a muchos diseñadores se les escapa. Como tienen este mandato que se enseña en las universidades y también lo repiten los de marketing: que la marca debe aplicar siempre consistentemente de la misma manera. Eso no es así. La marca no debe aplicar consistentemente de la misma manera. La marca debe ser reconocible como la misma siempre. Si es posible reproducirla con técnicas materiales diferentes y se reconoce, no pasa nada. El diseñador no determina cómo se va a usar. El diseñador propone cómo debe utilizarse. Pero cuando ya se aplica al producto y en qué parte del producto se pone, eso no lo define el diseñador gráfico. Hay miles de formas de reproducir el logotipo en un producto, y esa es una definición que la tiene que tomar el que diseña el producto, porque el logotipo no puede desentonar con el producto. Y siempre la aplicación, la materialidad, el color permiten personalizar el logotipo para el producto. Mientras se reconozca, no pasa nada. El objetivo es que esté identificado, no que la marca sea exactamente igual.
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