Sandra Becchia

Coincido con el planteo de Alejandro, pero también vi muchas opiniones muy valiosas. Pero me remito a mi caso: decidí estudiar diseño a los 29 años como algo deseado y postergado, y viéndolo como una profesión liberal que me permitiría desarrollar tanto en relación de dependencia como freelance, sin límites necesarios. Hoy veo la dificultad de conseguir trabajo en relación de dependencia, sumado a que con 42 años ya no entro como «joven profesional» y por eso la necesidad de especialización y poner la experiencia que da la vida. Creo que es necesario mucho optimismo y actitud y creer en uno mismo... ¡a pesar de uno! El diseño abre infinitas posibilidades: hoy decido orientarme a la ilustración infantil y editorial. Pero también está la fotografía. Todo dentro del marco del diseño como base. El panorama no alienta pero creo que uno hace su propio camino y busca las oportunidades. ¿Diseñamos para la gente o para los colegas? Demos respuestas personales a problemas puntuales. ¡Se puede!