Mario Campos

Como marca progresista es adecuada, como identificadora no me parece. Más allá de lo bien pensado de la estrategia geométrica, se extraña la calidez y pasión que evocaba la marca anterior, que a mi parecer es un factor diferenciador que no se podía obviar

Luis, si no somos nosotros quienes adoptemos una actitud crítica con altura de miras frente a nuestro propio trabajo no creo podamos evolucionar las reglas, y si no somos capaces de superar esas reglas antiguas, que por algo están y no deben ser ignoradas, significa que la base anda mal. Menciono a Julio Erik Mendoza y su comentario anterior sobre el uso de 12 colores Pantone sin contar el Negro, concuerdo totalmente con su visión sobre nuestro deber como profesionales de buscar soluciones eficientes en todo sentido.

Desde mi punto de vista el isotipo o imagotipo tiene problemas de transparencia, se dificulta mucho la lectura y reconocimiento tal vez por el estilo ilustrativo. Por otro lado tiene problemas en cuanto a su legibilidad en reducciones y sistemas de reproducción, es sólo cosa de mirar el gorro que forma parte del merchandising.

Muy buen artículo, destaco el párrafo -«Párrafo aparte merece la absurda vanidad de quienes se tomaron el tiempo de crear un logo gratis sólo para demostrar que pueden hacerlo mejor que un colega. No conozco otra profesión que actúe de modo tan irracional.«- Profesionalicemos nuestra PROFESIÓN!!

Estimados!!. Con respecto al tema, existen requisitos inherentes a una marca de todo tipo, sea de país, de un ente cualquiera, etc. Sin duda, la labor de una marca país es mucho más complicada, ante todo por lograr buscar un consenso en cuanto a representatividad e identificación por parte, por lo menos, de un grupo de la población de una nación, ya que creo casi imposible obtener la aceptación de todo un país. Siendo precisos, no nos debemos olvidar que las naciones son parte de mercados globales donde es sumamente trascendente contar con una imagen competitiva y diferenciadora.