Marcelo Mels

En primer lugar nos tenemos que reconocer a nosotros mismos, debemos comenzar por casa. Para mi opinión el título de el artículo habla de lo que digo. Si decimos «un oficio» en lugar de «una profesión desconocida» obviamente nos vamos a desvalorizar entre colegas. Sigamos trabajando duro, integrándonos para crear asociaciones y educar al cliente o posible cliente. No esperemos reconocimiento si cada uno de nosotros no aporta algo a la PROFESIÓN.

Pienso que al cliente hay que fundamentarle todo y dentro de lo que el pretende, hay que darle opciones pero manteniéndose siempre dentro de la estrategia comunicacional. No salirse jamás. Ayuda mucho mostrarles ejemplos de por que sí o por que no va a funcionar. Otra cosa importante es escuchar bien al cliente y no subestimarlo.

Pienso que soñar es importante, es la riqueza de la creatividad, lo que hace diferente un diseño, pero soñar con los pies sobre la tierra buscando el equilibrio justo y pensando en el cliente. No debemos ser ególatras, orgullosos, testarudos y pensar que nuestra idea es la mejor de todas. Tenemos que trabajar unidos al cliente, respetando conceptos pero con alma! Nuestros diseños aparte de vender deben llegar a la emoción y al corazón

Creo que el poder está en nosotros, los diseñadores. En primer lugar tenemos que dejar este egoísmo individualista que nos caracteriza y formar asociaciones fuertes con leyes claras donde este regulado nuestro trabajo y tengamos valores normatizados según el mercado.

En segundo lugar, el desafio es cada dia lograr productos diferentes, mas impactantes, mas creativos, estéticos y sobre todo que funcionen, que logre impactar al cliente y no le permita dudar a la hora de elegir a un diseñador.