Rocío Rubio

Qué bueno David que un artículo como el tuyo surja de Colombia. El asunto es de profesión, pero considero que incluso está intrínseco el aditivo cultural, ya que dentro de nuestro país hemos visto verdadera carnicería a causa de la crítica aplicada al ego y al «yo lo hubiera hecho mejor». Siendo la crítica un método sano de crecimiento, la búsqueda está en proyectar el pensamiento (muchos factores influyen en resultados finales) y en respetar el trabajo de nuestros colegas, aportando crítica constructiva. Eso es engrandecer nuestra profesión. Ubuntu!

Verónica, coincido con tu artículo. En este momento tengo un conflicto interno debido a que no muchos entienden este tipo de liderazgo, desafortunadamente algunos han malentendido generosidad y humildad con debilidad.

La clave es encontrar ese punto de equilibrio que impida estas situaciones... Todo extremo puede ser peligroso, así es.

Muchas gracias por tu escrito, súper pertinente.ssss

Buenísimo! Estuve en las conferencias, lamenté mucho no poder asistir al seminario- taller de Del Veccio, la charla estuvo fantâstica. Este espacio es vital para quienes vivimos y respiramos diseño, es la vía que permite entender el impacto de nuestra profesión y la inmensa necesidad de mantenernos unidos y actualizados, entendiendo que todo negocio es y debe ser rentable. Muchas gracias!!

En Colombia le decimos «según el marrano»; el planteamiento es súper interesante, teniendo en cuenta que el valor intelectual es idéntico si es el mismo proyecto pero destinado a dos tipos de clientes diferentes. Apoyarnos en un financiero es la clave para salir del hermetismo y entender que sí se puede vivir del diseño, no sobrevivir. Buen artìculo!