Blas

No nos quedemos solo en el «cambio» de gráfica del logo. Seguramente esta acción se acompañe de un proceso de rediseño en todos sus soportes de comunicación por lo que habrá que valorar toda la identidad en su conjunto para dar un valor real al cambio.

Hola.... Lo fundamental no pasa ni por herramientas, ni por objetos de última tecnología... «conciencia, criterio y alma de diseñador» y cada uno utilice lo realmente quiera y pueda. Por cierto, quizá el disponer de tanta tecnología «imprescindible» nos haga menos creativos. Quizá este sería un buen debate.

Como diseñador y ex-deportista es la prueba clara que los responsables públicos de la cultura, el deporte y del«movimiento olímpico» madrileño, demuestran que no están a la altura de sus competencias. Si Madrid o cualquier otra ciudad aspirante, quiere de verdad que se celebre este evento, debe desde el principio mostrar el más escrupuloso cuidado con todo lo que rodea a esta «aspiración»... y la creación de la identidad contiene y expresa en un alto porcentaje la apuesta seria, la ilusión y el compromiso de la ciudad por la organización de las Olimpiadas. Que se va hacer otra vez será

Puedo entender la reflexión que hace Sara Mompart, aunque no la comparto del todo. Un diseñador gráfico es un profesional que tiene que dar una solución a un encargo y esta solución debe ser correcta y coherente al briefing que nos ha mandado nuestro cliente. Siempre he considerado que nuestra profesión no puede diferenciarse mucho a la de un arquitecto que tiene una responsabilidad sobre el diseño y la ejecución de sus proyectos, por lo que creo que si uno no «se siente inspirado» debe tener la ética para decir «no» al encargo. Esta ética es fundamental para ser un buen diseñador gráfico.