Pauleth Medina

Desgraciadamente hasta el día de hoy se compite con los que solo son respaldados por «cursos de diseño gráfico» de alguna manera ellos devalúan nuestro trabajo, desde el momento en el que hacen malas cotizaciones, que para el cliente resultan convenientes.Entonces cuando se encuentran frente a un verdadero diseñador se sorprenden y se resisten a pagar lo justo,sin considerar que no es un simple logo,flyer,tríptico,etc. Pues cada uno mantiene como respaldo una justificación.En mi experiencia,opino que los verdaderos diseñadores no debemos regalar nuestro trabajo y darle el valor q merece

Me parece importante lo q se incluye en este artículo,creo q todos somos creativos, pero en el caso del diseñador debe situarse en un nivel quizá más alto, y lo q ayudará a hacer la diferencia será el proceso de investigación que debemos llevar a cabo para conocer más sobre lo q queremos comunicar, en cambio el resto de las personas basan su creatividad en los referentes que día a día pueden retroalimentar.

Lo mejor de todo esto,es q la creatividad no tiene límites,y de ello pueden obtenerse resultados realmente interesantes.

Creo q el resultado entre la fusión de la creatividad y la funcionalidad,sería muy bueno. Pues los seres humanos la mayoría de las veces consumimos badados en nuestras emociones y necesidades.

Por otro lado es un gran reto el q nos debemos imponer pues en el mercado existen ya demasiados objetos,y nuestro trabajo debe ser implantar la diferencia entre un buen diseño y un simple objeto que solo sirve para adornar.

Ha sido de mi agrado este artículo, pues siempre he creído que la tarea más difícil con la que un diseñador se encuentra es «comunicar» lo que realmente se desea ya que podrían existir diversas interpretaciones y comenzaría a fragmentarse el objetivo.

Resulta interesante descubrir los significados connotativos en los diseños,quizá resultaría más fácil interpretarlo,y así darle un sentido diferente al mensaje que nos llega através de este.