Claudio Ordóñez

Lidiar con un cliente es, a veces, un poco impredecible. Supongo que hasta los médicos se topan a veces con gente que, simplemente, obvia algunas indicaciones y se complican, achacándole luego la culpa al médico, que debe expiar con su reputación la irresponsabilidad de quien lo buscó para solucionar un problema de salud. Lamentablemente, la mayoría de las personas creen saber lo suficiente para solucionar un problema de comunición. Los programas de estudio deberían incluir entonces en sus prácticas profesionales modelos de negocios que preparen al diseñador a lidiar con clientes de todo tipo.

¡Excelente, Eduardo! Has dado en el clavo. La creatividad no depende de las universidades. Si hay egresados universitarios poco idóneos y con poquísima creatividad (en cualquier área del saber), significa que estas instituciones poco o nada tienen que ver con el grado de creatividad de la persona. Es absurdo pensar que una persona tiene «creatividad» antes de entrar a la institución y la pierde por haber pasado por el aula. ¡Gracias por darme la razón y dejar en claro que el autor del artículo NO tiene razón!. Saludos.

Alfredo y Eduardo: les agradezco los comentarios. Sólo quisiera puntualizar algo para retirarme del debate: ¿Hasta cuándo el desprecio hacia la profesión del diseñador? ¿Cuál es el argumento científico para afirmar que la academia mata la creatividad? ¿Alguno de Uds. contrataría los servicios de un médico o un ingeniero que no haya pasado por la universidad? Basta de asumir al Diseño Gráfico como un «oficio». Las universidades no sólo enseñan teorias o métodos: dan una formación integral. ¡Y luego se rasgan las vestiduras cuando un operador de computadoras se hace llamar «diseñador!.

¿Puede alguien criticar y despotricar de algo que no conoce?: El autor del artículo nunca ha estudiado en una universidad (es Técnico Superior). Por ende, tampoco ha podido impartir la docencia en una de ellas. La mayoría de los diseñadores más creativos y reconocidos en todo el mundo han pasado por las aulas universitarias. La generalización en las afirmaciones de este artículo demuestra la irresponsabilidad del autor, no sólo en calificar de manera general a las universidades que imparten Diseño Gráfico, sino en pretender erigirse como censor de algo que le es ajeno. ¡Qué vergüenza!.

Es un poco surrealista que un ¿docente? afirme algo tan absurdo. ¿Resentimiento académico?. Sr. Navarro... ¿Dónde estudió Ud.?¿Es Lic. o TSU?¿Es autodidacta o una especie de genio que no ha necesitado de orientación académica? ¿Es investigador como dice su bio? ¿Cuáles son sus investigaciones publicadas?. Creo que este artículo sólo busca atraer un público con el mismo nivel de resentimiento. El «todo vale» del postmodernismo ya es caduco. No se puede generalizar en un asunto tan denso. ¿Cuál es la propuesta? «¿Vivan la improvisación y el empirismo; muera la academia?».

Coincido con mi tocayo Claudio Poleski [104] y con Daniela Sánchez [100] desde la primera letra hasta la última. El artículo es válido en su reflexión y su intención, aunque no aporta nada nuevo. Incluso, todos los que nos dedicamos a la docencia tratamos de que los estudiantes entiendan lo allí señalado desde el primer semestre. El buen diseño tiene firma propia, no hace falta indicarlo. Se construye con cada proyecto. Sin embargo, hay personas que no firman sus diseños pero aprovechan cualquier escenario para sólo mostrar lo que han hecho y con ello pretender «dictar cátedra». #MalHecho