Ile Escalona

Antes de incorporarse al medio del diseño, Ileana estudió el primer año de Medicina en la UNAM. Le apasionan los temas sobre la vida y la cosmogonía. Define al diseño como un proceso enzimático catalizador que acelera o desacelera una reacción.

El libro, “Utopía” escrito por el santo de los políticos, Tomás Moro. La ciudad, Bonifacio, al sur de la isla de Córcega, Francia; un lugar amurallado por falezas naturales de diferentes tipos de rocas. Es admiradora de los genes de Napoleón Bonaparte, su bebida es el licor de mandarina que lleva el nombre del estratega. La librería, el Ateneo en Buenos Aires, sentarse en un palco a leer e imaginar que el diseño: es una actuación de lo que puede ser la vida. El viaje, ir a Bilbao y no hablar con nadie, un hotel imperseptible, sin personal, “Le Basque”, recorrer la ciudad todos los días y ver un Border Collie jugando a un lado del río. El perfume, a Ileana le gusta el olor de la lavanda, el copal y el de la vida de los quesos. El ingrediente, adora el comino, en cualquiera de sus formas y presentaciones. La tienda, “Le sucré et salé” en Fígari, Córcega; la panadería “Roseta” en la calle de Colima en la CDMX. El accesorio, su ADN la acompaña en secreto a todas partes. El diseñador: El Cosmos.

Disfruta del tiempo libre jugando con “Piana”, un Border Collie de Abasolo, Hirapuato. Su fascinación es bucear, correr hasta que sus rodillas digan -¡basta!- y beber del sol su sangre con un “Amores” en Tepoztlán, Morelos.