Jonathan Espinoza

Este artículo ofrece una crítica válida y oportuna sobre el impacto que estas tecnologías están teniendo en el mundo del arte y la comunicación visual. Plantea preocupaciones éticas importantes, especialmente en torno a la autoría, el uso indebido de obras preexistentes y la banalización del proceso creativo. Es cierto que la facilidad con la que hoy se pueden generar imágenes con IA ha abierto la puerta a una sobreproducción de contenido, donde muchas veces no se distingue entre lo original y lo generado automáticamente. Sin embargo, el artículo peca un poco de alarmista y deja de lado los posibles usos positivos de la IA como herramienta de apoyo creativo o democratización del diseño. Aunque es comprensible la preocupación de los artistas y diseñadores tradicionales, también es necesario abrir el debate hacia formas de convivencia entre lo humano y lo artificial. En definitiva, el texto cumple bien al despertar la reflexión crítica, pero sería más enriquecedor si no se limitara solo a denunciar, sino también a proponer cómo usar la tecnología de forma ética y constructiva.

Esta situación de mi compañere refleja la necesidad de más educación cultural y sensibilidad antes de emitir juicios. Celebrar la diversidad también implica entenderla y respetar las distintas formas en que se representa