Alejandro De Althaus

Este es un tema de sumo interés, ya que habla lo que hemos visto a lo largo de este periodo en la clase de diseño VIII, ya que trata de la importancia de tener un buen portafolio. Al momento de tener un portafolio correcto, el cual muestre nuestros mejores aspectos y puntos claves en los cuales nos destacamos, podremos convencer al cliente no solo de que tenemos una imagen profesional, sino a su vez, de la responsabilidad que tomamos con nuestro empleo.

En la ciudad de Guayaquil ocurre muchas veces que el cliente no esta satisfecho con la resolución de una pieza grafica, esto ocurre muchas veces por el contexto dónde vivimos. En este caso la ciudad de Guayaquil creo que es una ciudad que carece de un nivel cultural y por lo tanto no conoce muchas estéticas adecuadas para los trabajos. Al mismo tiempo es una ciudad en la cual la mayoría de las personas se siente atraída a la estética barroca, y a lo popular.

Decir que el diseñador no es un corrector de estilo o en este caso ortografía me parece una gran falacia, el diseñador tiene que tener en consideración muchos aspectos, la imagen, la pregnancia de la pieza grafica y también el texto. Dentro de el texto obviamente tiene que tener en consideración la ortografía. Por el mismo hecho de que puede tener un trabajo freelance y no necesariamente un editor puede corregir, sería una vergüenza realizar un trabajo que no este bien escrito y es responsabilidad del diseñador cuidar la imagen de la pieza y dentro de eso se considera el texto.

Este artículo habla sobre una de las realidades del diseñador, el diseñador no conoce las vacaciones ya que el trabajo siempre lo acompaña, ya sea para adelantar o con trabajo o simplemente por investigar para trabajos freelance. El diseñador no conoce de vacaciones porque esta en constante aprendizaje e investigación para mantener la mente retroalimentada de información que sea útil para trabajos siguientes.

Este artículo me parece interesante, en el sentido moral, ya que nos dice que en la vida no hay segundas oportunidades a diferencia que utilizando la tecnología. Y me parece muy cierto la frase que dice que las personas no llegan a conocer sus verdaderas habilidades y limitaciones ya que el uso de la tecnología no te deja experimentar con diferentes técnicas manuales.

Pienso que esta problemática existe hace mucho tiempo, sin embargo, con el pasar de los años ha comenzado a ser valorada aunque sea de poco a poco. Por lo menos en la ciudad de Guayaquil, la cual no tiene como característica ser una ciudad con un alto nivel cultural, suelen ocurrir estas interrogantes sobre nuestra profesión, en comparación a otras profesiones.

La idea de cambiar el mundo para darle un mejor sentido estético – artístico la tienen muchos diseñadores, y la verdad es que hoy en día tenemos las herramientas para hacerlo. El problema crucial en esta problemática son los clientes, ya que al momento de presentarles un propuesta diferente suelen decir «hay mucho blanco», «esto no es como lo que esta en el mercado», «quiero más brillo», « ¿por qué no tiene sombra?», entre otras frases celebres que tengo guardadas en mi mente.

El diseño de productos me parece muy peculiar, más aún si es que no están consultados previamente con los clientes, como es el caso que cuenta el autor. Me parece un poco extraño que se cree un producto y luego tratar de venderlo a una empresa cualquiera ya que yo pienso que para crear un producto se necesita información de la empresa, del grupo objetivo, presupuesto, entre otras características importantes que la empresa entrega al momento de requerir un producto.

El hecho de que estamos invadidos por diseño, es verdad. Y estoy de acuerdo con el Sr. Jorge del Toro, autor de este articulo, cuando menciona que el diseño no siempre comunica de manera efectiva. Creo que para crear un diseño que comunique de manera apropiada hay que tener conocimientos previos, investigar el grupo objetivo y al mismo tiempo hacer uso de los referentes para tener una directriz.

Comparto el pensamiento de que en algún momento el diseño fue un arte casi elitista, cuando pienso en referentes como Michel Bouvet , Michael Batory, entre otros, puedo ver una forma diferente de hacer diseño y una forma totalmente opuesta a lo que estamos expuestos hoy en día en la ciudad de Guayaquil.