David Mesas Moreno

Es cierto que algunos factores que se mencionan en esta nota entorpecen el desarrollo de diseño gráfico como profesión, pero no creo que vaya a desaparecer, porque esta se ha mostrado como herramienta esencial de la comunicación. Yo mas bien hablaría de un deterioro pasmoso -al menos aquí, en España- de la percepción que tiene el cliente de nuestra profesión; ese es el problema principal. Muchas tecnologías han surgido de la idea de que el diseño es algo a evitar y de poco valor -página web que permite crear un logo en tres pasos-. Y esto es solo la punta del iceberg...

Yo me planteo una serie de cuestiones cuando realizo este tipo de proyectos. Es vital valorar objetivamente el nivel de comunicación alcanzado. La capacidad de ese símbolo de ser recordado, de ser captado por el espectador... Factores técnicos como su facilidad para ser reproducido en múltiples soportes... La utilidad es el objetivo a perseguir. Con independencia de lo imaginativos que hayamos sido en ese proyecto, es importante que detectemos cuáles son las necesidades reales del cliente. Si estos objetivos han sido considerados, no recomiendo crear identidad corporativa por menos de 3.000 €.