Ignacio Ardila

Comparto su postura. Me enfrento a diario a estos problemas relacionados con la enseñanza de proyectos en los que se trata de romper la coraza que cubre cabeza de los estudiantes y sacarles de adentro las ideas preconcebidas en las que solo cabe lo fastuoso o los sueños que en nada confrontan la realidad y casi nunca abordan al sujeto como depositario del sentido del objeto. La cultura en muchas ocasiones trata al diseñador como un simple decorador y no como un mediador. Hay que sacar la enseñanza de las aulas y hacer del diseño una profesión orgánica pensada para el otro.