Sebastián Castiñeira

Estimada Cecilia, creo que cada cosa es salvada del «cosismo» si se la respeta en sus ser cosa, es decir, si se la reconoce como parte de la tierra, como apertura al cielo, como dada a los hombres, y convocante de lo sagrado. Es lo que Heidegger denomina cuaternidad. En este sentido cada cosa no puede sino abrir mundo y el mundo no puede ser sin las cosas. Esto es algo que comprenden muy bien sobre todo las antiguas culturas.

Muy interesante Sebastián, da que pensar. Sobre todo la identidad asociada al relato y la metáfora de la marca que a mí, particularmente, me hace pensar en «acontecimiento» en el sentido Heideggeriano del término.

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