Ricardo Malagón

la idea de desmitificar la creatividad es importante, aunque el autor parte de una tautología 'la creatividad es la facultad de crear'. Es decir parte de una falsa definición porque no se define algo a partir de él mismo. Es el problema de usar diccionarios como supuestas fuentes de conceptos.

El artículo es sobre la metodología proyectual del diseño o sobre la innovación en el mismo?

Si es sobre lo primero el título parecería errado. De otra parte, las metodologías consideradas reflejan solamente concepciones prescriptivas, positivistas, lineales, sincrónicas, secuenciales y lógicas de los procesos creativos.

¿Será que en la práctica efectiva del diseño estas 'ideales' metodologías si se verifican?

La forma banal en la que se expresa el problema también contribuye a devaluar la profesión. Es claro que la sociedad contemporánea tiene múltiples prejuicios sobre el diseño gráfico, pero estos prejuicios no son gratuitos. Prueba de ello es que los mismos diseñadores se ven en serios problemas al intentar definir la 'profesión' y/o 'disciplina' . Así no sorprende que la historia y la crítica del diseño gráfico esté en pañales en la mayoría de los contextos latinoamericanos.

La noción de lenguaje es tan amplia como la de humanidad, espacio, existencia o tiempo. Se requiere que la autora precise como la entiende, en especial, al considerar que no toda comunicación es lenguaje (en el sentido convencional). Además, si se establece la necesidad de establecer los fundamentos y los principios 'propios' del diseño gráfico, no resulta muy 'estratégico' comenzar partiendo de la Lingüística basada -en la mayoría de los casos- en el lenguaje hablado y escrito. De pronto, lo más deseable sea partir de las mismas prácticas creativas, discursivas y políticas del 'diseño'.