Paula Sasso

Muy bueno! Aporta claridad y algo de objetividad al tema costos.

Una revista impecable, exquisita. Leerla alimentaba cada rinconcito del corazón del diseñador. Una lástima que se haya dejado de publicar, pero una suerte haberla comprado por años y conservar los ejemplares para releerlos. Buen homenaje! Saludos

Jaja, si, puede ser que parte de eso sea cierto Paulo. Y claro que la tecnología tiene beneficios. Quizá sería lindo encontrar la forma de transmitir a las nuevas generaciones esa calidez que el papel y la tinta producen. Pero claro, hay que ir para adelante! Saludos

Totalmente Germán!

Muy bueno el artículo, me gustó. Soy de las personas que aman la tinta y el papel. No estoy en contra d ela tecnología, ni de los avances, comodidades, facilidades, que puede brindar. Pero... si estoy en contra de la falata de contacto humano que genera. Cuando alguien me da una tarjeta personal, en la mano, hablo con esa persona, la miro a la cara, interactuo, interpreto sus gestos, cruzo una mirada. Cuando leo un codigo QR con esa misma info, no me nutro de nada, solo de mera información. Creo que las máquinas están buenas, en la medida en que no nos volvamos una más. Saludos!

Muy acertado el artículo, en todos los aspectos. La quita de horas de cada materia es sin dudas un gran obstáculo. Recién estoy incursionando en la docencia, y veo que muchas veces los docentes no obtienen de la institución todos los elementos para poder brindar una enseñanza completa, como el artículo propone. Claro que depende de cada uno poder aportar algo nuevo, y llegar a los alumnos en mayores aspectos, será esta finalmente la primera aproximación a una solución.

Muy acertado, creo que es cierto que a veces cuesta dejar atras una imagen, ya sea por costumbre o apego. Quiza depende un poco de la personalidad de cada uno, pero es necesario despegarse de toda mirada subjetiva para poder encarar los cambios que tan necesarios son, eso si, siempre que sean BUENOS cambios, porque tambein muchas veces por cambiar y «mejorar» se termina bastardeando la imagen de una marca que resolvia perfectamente como estaba.