Sebastián Asegurado

Soy partidario de la toma de conciencia que se hizo para volver al simbolismo de escudos anteriores. Noten que ya en el año 1649 se usaban estos elementos a excepción de las embarcaciones. Esto último tiene que ver con que Bs As fue elaborando su actividad portuaria con la incidencia del capitalismo inglés de los últimos dos siglos. Donde se exportaban bienes primarios y se importaban elaborados. Pero noten también que quién dice ancla dice puerto. En ese punto me parece un retroceso.

Creo que estas facetas del diseñador la tenemos todos en mayor o menor medida. Claro que es una generalización y como tal tiende a los extremos. Todas estas características en desmesura van en contra de los profesionales. Por ejemplo, es probable que un seguidor sepa adaptarse muy rápido a un mercado, pero sus supuestas ansias de ser considerado alguien innovador lo harán sentirse desmerecido profesionalmente. Al igual que un creativo nato que no sepa ser diplomático, un vendedor quién dependerá siempre del trabajo de otros y un director difícilmente siga en el campo del diseño.

En mi experiencia con las redes sociales puedo decir que son aplicables en casos muy puntuales en donde el cliente necesite una interacción con su público para descubrir tendencias, hacer visible de forma económica y participativa algún producto, idea o iniciativa. Pero son muy pocas las campañas que salen de la superficialidad. Lo verdaderamente movilizador es el mensaje y no el medio en sí. Esta tendencia hacia la estética del medio tiene sus días contados. Muchos piensan que por estar en Facebook o Twitter ya son modernos.