Ya no soy solamente un diseñador

La experiencia personal de un joven diseñador a quien la realidad laboral lo «obligó» a redefinir su perfil profesional.

Adrian Folco, autor AutorAdrian Folco Seguidores: 0

En el año 2007 empecé a trabajar como diseñador gráfico en una compañía de seguros. Con esta experiencia completé un ciclo de tres instancias bien definidas en la carrera profesional del diseñador: el desarrollo free lance, la relación de dependencia en un estudio de diseño y el trabajo en una empresa de gran escala. Estas experiencias, que en la facultad se veían lejanas, dejaron en mí sus gratos recuerdos en lo personal, y sus enseñanzas en lo laboral. Esta querida profesión presenta diversos modos de ser ejercida, tanto en lo que respecta a las relaciones laborales como a las ramas o especialidades del servicio. La diversidad nos obliga a ser flexibles para poder entender las posibilidades de cada una.

La última de mis experiencias, la del diseñador dentro del contexto de la empresa, sirvió como prueba de fuego a la flexibilidad. Cuando era free lance el circuito básico giraba en torno a la consecución del cliente y la resolución «express» de la necesidad. La cantidad de clientes definían la calidad de vida del mes, generando una ecuación a veces peligrosa cuyo resultado podía ser «sacar el diseño como sea». La experiencia como empleado en un estudio incorporó la variable de la asignación de casos que uno no salía a buscar, con tiempos fijados por una organización que yo no controlaba. En estos dos tipos de ejercicio profesional, predominó en mí la función operativa del diseñador1 como último eslabón en la cadena de decisiones involucradas con el producto.

En la gran compañía de seguros al poco tiempo descubrí que nada funcionaba como antes. Las piezas diseñadas tenían poca resistencia a la crítica del resto de las áreas, todos opinaban de diseño y todos, de alguna manera, querían y debían intervenir con sus puntos de vista. El exceso de necesidades llevaba a la tercerización, con sus frecuentes desajustes respecto de los lineamientos gráficos institucionales y del manejo de los tiempos de entrega. La función de operario del diseño se me volvía insostenible a la hora de coordinar todos estos factores, necesitando de la colaboración de diseñadores externos, ansiosos de reglas claras, tiempos definidos y programas bien acotados. La principal consigna de mi jefe me preocupaba, resultándome ilógica: «el diseñador dentro de la compañía tiene que diseñar lo menos posible». ¡Me habían contratado para no hacer lo que sabía hacer! Con el tiempo comprendí que el rol convencional del diseñador no me llevaría lejos. Vislumbré la especialización en gestión estratégica de diseño y decidí capacitarme. Luego, el panorama cambió. Las reglas de juego estaban mejor definidas para mí.

Ubicarnos en la gestión estratégica de diseño es comprender una nueva posibilidad en el contexto de acción del diseñador, y es redefinirnos en nuestra función, ya que involucra a las diferentes tareas y acciones necesarias para la coordinación de proyectos de diseño, y tiene uno de sus grandes pilares en la multidisciplina y la conciliación de los distintos aspectos implicados en la proyección del producto.

Para entender con claridad la diferencia entre el diseño y su gestión estratégica basta con pensar en la diferencia que existe entre preparar un pastel de cumpleaños y organizar la fiesta para ese acontecimiento. El que elaboró el pastel ha contemplado aspectos concretos de sus propiedades, como el sabor, la cocción, la decoración de acuerdo al tipo de fiesta y el tamaño de acuerdo a la cantidad de invitados. Quien ha organizado el evento se ha implicado en aspectos más globales, por ejemplo, el presupuesto general para la fiesta, la temática, el momento en el que se presentará, la ambientación del salón, etcétera. El pastelero y el que organizó la fiesta resultaron indispensables para el éxito del acontecimiento, pero sus perfiles y sus funciones, si bien están conectadas, son distintos.

Evidentemente, el hecho de involucrarse en otros aspectos del contexto de presentación determinan una adecuación que aquí venimos a llamar «estratégica», es decir, decisiva para el desarrollo de algo, de la manera más óptima, y con el menor margen de error posible.

Concretamente hablamos de una perspectiva amplificada, conciliadora e interactiva, que se focaliza más en el análisis crítico del proceso integral del producto o los mensajes que en el diseño en sí de los mismos; incluyendo un conjunto de actividades de diversa índole, como el diagnóstico, los estudios de mercado y sondeos de opinión, la comunicación, la coordinación, la contratación y el diseño que se llevan a cabo interactuando con la empresa o institución.

Por otro lado, cuando hablamos de diseño estratégico debemos apropiarnos de la idea de una propuesta de valor agregado, que va más allá de las pantallas y los tableros de los diseñadores y que nos obliga a transformarnos en verdaderos intérpretes de una realidad cada vez más compleja y entrecruzada, en donde el camino no se vislumbra con tanta claridad. Hablamos principalmente de una función proactiva, en donde el diseño no queda a la espera de la aprobación exterior, sino que busca la manera de sentirse certero en su propuesta, consciente de haber abarcado la mayor cantidad posible de actores y factores involucrados en el desarrollo de un proyecto de diseño, sea cual sea su rama. De esta manera el producto maneja un menor margen de error y se enriquece en la inclusión del resto de los puntos de vista, como por ejemplo el económico, el de marketing, el financiero, el productivo, el innovador, el comunicador, entre otros. Se encara como una disciplina al corriente de las interacciones y sus necesidades, dispuesta a hacer su mejor esfuerzo por concretar soluciones efectivas, y no como respuesta final aislada del contexto.

Si caemos en cuenta de que la mayoría de las propuestas de diseño rechazadas o fracasadas responden a una mala comprensión del brief, a errores en su formulación, o a una mala interpretación de las necesidades funcionales, económicas, comunicacionales y/o simbólicas, resulta impensable (e incorrecto) seguir encarando los proyectos de diseño al margen de los intereses y perspectivas del resto de las necesidades y de las disciplinas involucradas. Para complicar las cosas, estos factores involucrados van en aumento, porque el mundo en el que vivimos se hace cada vez más complejo y entrecruzado. El avance se hace irrefrenable y marchamos a su par, especialmente a nivel tecnológico, de globalización y sustentación medioambiental.

La gestión estratégica implica una actitud distinta frente al diseño, una comprensión global del contexto y de las especialidades involucradas en la concreción del proyecto. Analiza el antes, el durante y el después. En lugar de andar el camino que va del tablero al prototipo, transita el camino que va del tablero a la sociedad, con el prototipo en el medio.

La diferencia sustancial se da entre el diseñador que proyecta un nuevo producto, ajeno a otros actores y factores y que instrumenta políticas y decisiones formuladas al margen de su actuación, y la concepción de dinámica interactiva entre el diseñador y los aspectos metodológicos, tecnológicos e innovadores del proyecto.

Iniciar el camino en esta especialidad que llamamos gestión estratégica del diseño ha implicado para mí un cambio de actitud al momento de enfrentar los problemas, que puedo resumir así:

Antes, como diseñador llano:

  • Tareas específicas de diseño.
  • Enfrascado en mi mismo.
  • Respuesta reactiva.    
  • Propuesta llana.
  • Improvisación. Objetivos cortos.
  • Respuestas de adentro hacia afuera.
  • Inflexibilidad.

Después, en la gestión estratégica de diseño:

  • Variedad de tareas.
  • Visión multidisciplinaria.  
  • Proactividad. Anticipo.
  • Propuesta de valores y sentidos.  
  • Visión y objetivos a largo plazo.
  • Respuestas de afuera hacia adentro.  
  • Adaptabilidad y reinvención. 

Como hemos visto, para que un pedido o brief llegue a las manos del diseñador, muchas y complejas decisiones se toman antes y se tomarán después de que los originales se hayan aprobado. Mi experiencia —y las de otros colegas—, indica que a partir de la formación como diseñadores «puros» hay que prepararse para aprovechar las oportunidades de cambio del perfil profesional, en mi caso fue hacia la gestión estratégica del diseño. Pero no es el único salto posible.

¿Qué te pareció? ¡Comparte tu opinión ahora!


Opiniones:
132
Votos:
127

Este video podría interesarte👇👇👇

Colabora con la difusión de este artículo traduciéndolo

Traducir al inglés Traducir al italiano
  1. Diseñador operativo, tal como lo plantea Reinaldo Leiro en su libro «Diseño, estrategia y gestión» como último eslabón en la cadena de decisiones involucradas en el producto.
Código QR de acceso al artículo Ya no soy solamente un diseñador

Este artículo no expresa la opinión de los editores y responsables de FOROALFA, quienes no asumen responsabilidad alguna por su autoría y naturaleza. Para reproducirlo, salvo que estuviera expresamente indicado, por favor solicitar autorización al autor. Dada la gratuidad de este sitio y la condición hiper-textual del medio, agradeceremos evitar la reproducción total en otros sitios Web. Publicado el 17/05/2010

Debate

Logotipo de
Tu opinión

Ingresa con tu cuenta para opinar en este artículo. Si no la tienes, crea tu cuenta gratis ahora.

Retrato de Ibar Federico Anderson
13
Feb. 2014

Si hace mucho tiempo los diseñadores (industriales, no gráficos) en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata decidimos hacer un estudio para cambiar los planes de estudio que son obsoletos. Pero fue imposible luchar contra la burocracia institucional, académica y retrógada.

El diseño como se enseña ha muerto. Ver estudio:

Enlace

0
Retrato de Adrian Folco
0
Dic. 2010

Esa es la clave de la gestión estratégica: dominar la interdisciplina, como exigencia de un nuevo panorama vertiginoso y globalizado. Además de proponer valores y sentidos, y anticipar necesidades y tendencias. Además de la tarea cotidiana, debe existir una veta investigadora permanente.

0
Retrato de Carla Arduina Rodriguez
0
Ago. 2010

Adrián, mi experiencia es parecida, en mi trayectoria como diseñadora independiente, la profesión y el tipo de clientes me llevo a transitar por nuevos caminos de organización y gestión más allá del diseño, como mencionas en tu artículo, el ejemplo de organización de eventos.

Hoy soy Diseñadora en Comunicación Visual especializada en la organización de eventos empresariales. El eje y la unión de estas actividades fue LA COMUNICACIÓN (para simplificar)

0
Retrato de Adrian Folco
0
Jun. 2010

Pienso en la existencia de un «auto-fagocitar» del diseño si no avanza también en cuestiones que no le sean «académicamente inherentes». El nuevo contexto de acción nos «obliga» a revitalizar nuestro rol, en especial a nivel comunitario y medioambiental.

0
Retrato de Ana Torelli
0
Jun. 2010

Me parece super interesante y cierto. Es fácil identificarse con alguna de las fases. Creo que se trata de empezar por tomar conciencia de lo que implica el diseño más allá de lo técnico y para eso también es necesario pasar por la parte llana.

0
Retrato de Adrian Folco
0
Jun. 2010

Insisto, el diseñador es el mismo, pero con mirada distinta. El agua de la jarra es la misma, pero con un «colorante» diferente. Lo «llano» no es desprecio: un camión, cuando va por la «llanura» solo se enfrenta a la linealidead. Eso está perfecto, pues es el camino que le ha tocado o a elegido. Si ha otro automóvil le toca ir por la zona borrascosa contempla otros aspectos: maniobras bruscas, terrenos rocosos, giros inesperados. Pero ambos siguen siendo excelentes «conductores». Finalmente, no hablamos de argumentar mejor, hablamos de contemplar màs, para evitar menos sorpresas.

0
Retrato de Pau De Riba
49
Jun. 2010

aunque comparto muchos de los argumentos:

- una duda: eso no es dejar de ser diseñador, simplemente una manera más de ser diseñador, un perfil dentro de la profesión

- cuidado con el desprecio al «llano», cada uno tiene sus puntos fuertes y a menudo los menos «estrategas» consiguen llegar más lejos en su faceta «llana«

- los argumentos no garantizan aprobación del cliente, me han rechazado propuestas con argumentaciones impecables (es decir los clientes no siempre piensan de forma «estratégica«

0
Retrato de Erika Vines
0
Erika Vines
Jun. 2010

Muy interesante!! me hizo un clic la cabeza! quiero ese libro ya!! en de reinaldo... voy a ver si lo consigo!!! saludos!!

0
Retrato de Adrian Folco
0
May. 2010

Ya que citás la «cancha», el director de la carrera, Arq. Reinaldo Leiro, resume este cambio de escenario en un coctel de nanotecnología, conceptualización del diseño etnográfico y el diseño sustentable, globalización, discapacidad y crisis demográfica, avances en biotecnología, preocupación por nuevas emergencias (en especial sociales). Todas las ramas del diseño actúan sobre un nuevo escenario reconfigurado. Adaptarse o ver pasar el tren.

0
Retrato de Enrique Avogadro
1
May. 2010

Muy bueno el artículo. Las empresas, particularmente las Pymes, tienen dificultades para ver al diseño como herramienta para la mejora de la competitividad. Por otro lado, los diseñadores habitualmente carecen de la mirada integral mencionada acá arriba. Desde el CMD estamos intentando desarrollar programas que acercen a empresas y diseñadores en esquemas de mejora competitiva. También capacitamos a los diseñadores para que salgan bien parados a la cancha. http://www.cmd.gov.ar/agenda/?...

Gracias

0

Te podrían interesar

Próximos seminarios online

Seminarios de actualización para especializarte junto a los que más saben

Estrategia de Marca

Estrategia de Marca

Claves para programar el diseño de símbolos y logotipos de alto rendimiento

20 horas (aprox.)
1 mayo

Tipología de Marcas

Tipología de Marcas

Criterios y herramientas para seleccionar el tipo adecuado al diseñar marcas

15 horas (aprox.)
1 mayo

Branding Corporativo

Branding Corporativo

Cómo planificar, construir y gestionar la marca de empresas e instituciones

20 horas (aprox.)
1 junio