Evaluación en diseño: ¿me gusta o no me gusta?

La evaluación necesita de una argumentación fundamentada y de valor crítico por parte del profesor, frases como «me gusta» o «no me gusta» se escuchan regularmente, produciendo confusión y desaliento en los alumnos.

Maria Guadalupe Gaytan Aguirre, autor AutorMaria Guadalupe Gaytan Aguirre Seguidores: 10

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Como dice el refrán popular —en gustos se rompen géneros—, seguramente todos tenemos «muy buen gusto» pero afortunadamente para todos, la enseñanza de las disciplinas del diseño no deben basarse en la apreciación estética o gusto de quien enseña o forma a los futuros diseñadores; mucho menos las evaluaciones a proyectos deben estar basadas en este tipo de consideraciones superficiales.

Aquellos aspectos de los cuales frecuentemente los profesores o asesores consideramos que adolecen los estudiantes, llámese lectura, redacción, buena ortografía y discurso, también son áreas débiles para algunos docentes. Esto se verifica en evaluaciones o críticas basadas en el gusto personal, demostrando la carencia de argumentos técnicos o teóricos, resultado de la falta de preparación, experiencia, lectura previa o documentación del tema por parte de quien evalúa.

La evaluación que hacemos los profesores sobre los proyectos desarrollados por los estudiantes debe estar basada y fundamentada en la investigación, conocimiento y experiencia que el docente tiene como misión compartir con el alumno. No podemos esperar la aplicación de un conocimiento que no ha sido transmitido.

Aunado a esto, la aplicación de la técnica, el interés del estudiante por el proyecto, así como el nuevo conocimiento generado a partir de la aplicación, deberán estar incluidos en la evaluación y crítica que se haga frente al alumno, en el entendido de que la crítica no es discriminar, destrozar o juzgar un proyecto, sino la exposición de ideas que surgen de la apreciación del producto desarrollado en beneficio de una revaloración, replanteamiento, o bien la aprobación del mismo.

No hay receta a seguir ya que cada producto tendrá su «bonito» y su «feo» según el juicio y bagaje de quien lo observe, pero considero que como docentes debemos basar las evaluaciones en criterios claros discutidos con los estudiantes con anterioridad a la elaboración de los proyectos.

Si basamos una evaluación con algún parámetro específico es porque al estudiante ya se le dio a conocer lo referente al mismo: en repetidas ocasiones nos quejamos de la «mala calidad» en un proyecto pero, ¿hemos trabajado en clase respecto a la calidad? Y no me refiero solamente al buen acabado de un producto, sino a la calidad de contenido, forma, funcionalidad y discurso.

Es necesario evidenciar ante los estudiantes los criterios de evaluación que utilizaremos en un proyecto, recordemos que el estudiante no diseña para el maestro, ni siquiera para él mismo, existe un usuario o público que recibirá la imagen, la información o el producto, pero el problema es que pocas veces en clase solicitamos a los estudiantes poner a prueba con este público receptor sus diseños, para que de esta manera conozcan el potencial que tienen sus propuestas para cumplir con su objetivo. Así, comúnmente la retroalimentación se recibe del docente y de los mismos compañeros de clase y en base a estas opiniones —muy limitadas por cierto— se promulga un éxito o un fracaso.

¿Cómo evaluar algo intangible, como la capacidad de persuasión de un cartel? ¿El fomento a los valores a través de una campaña? ¿El éxito de una identidad corporativa de una empresa ficticia? ¿La viabilidad de una página web que aún no se ha subido a la red?

Los docentes frecuentemente generamos en los estudiantes un sentimiento de impotencia con frases como «está bien», «está mal» o «no funciona» sin argumentos de valor.

Considero que actualmente debemos dejar atrás el conductismo y permitir que el alumno desarrolle su potencial en base a la construcción de su propio proceso creativo, donde manifestará los valores del estudiante, la responsabilidad, la productividad y el reflejo de lo que pretende construir en un futuro para su vida profesional.

Para ello quienes nos dedicamos a instruir en el diseño tenemos el compromiso de ofrecer las herramientas necesarias y dejar atrás las evaluaciones basadas en los gustos personales que poco aportan a la formación y valoración del diseño.

Preguntas

¿Puede darnos un ejemplo de un proyecto concreto de diseño (qué pieza, para qué cliente, con qué objetivos, etc) que Ud. le haya propuesto a sus estudiantes donde queden explícitos esos «criterios claros discutidos con los estudiantes con anterioridad a la elaboración de los proyectos» como menciona en su nota y sobre los que los «docentes debemos basar las evaluaciones»?

En el taller de prácticas profesionales se ha solicitado a los estudiantes de Diseño Gráfico generar una imagen para identificar la convocatoria a la exposición de carteles Ideas por la Paz.

Este es un proyecto que surge al interior de un grupo de investigadores que ante la problemática social de inseguridad y falta del estado de derecho en ciudad Juárez, buscan aportar a la comunidad ideas sencillas y viables a través de las cuales el ciudadano común pueda ejercer y beneficiar la convivencia ciudadana.

A los estudiantes (del mismo nivel) se les brindó la siguiente información:

  • Con el propósito de crear un esfuerzo colectivo de la comunidad internacional de diseñadores, y unir nuestros esfuerzos para promover una cultura por la paz. Trabajar de forma crítica y abierta a favor de la paz, la justicia y la solidaridad, fomentando las relaciones humanas pacíficas. Aportar ideas sobre acciones, valores y reflexiones que promuevan la acción individual y colectiva por una mejor calidad de vida, que inspire a la esperanza de un entorno digno y de paz.
  • La convocatoria estará dirigida a alumnos, docentes, artistas y profesionales del área del diseño y la comunicación, mexicanos y extranjeros.
  • Los carteles participantes deberán ser inéditos.
  • 60 carteles formarán parte de una exposición itinerante.
  • Las ideas deben ir en tono de propuesta, de una invitación a ser parte de la solución. Los carteles deberán ser específicos sobre los temas de valor cívico, tolerancia, paz, justicia, solidaridad, contra el odio, contra violencia, contra indiferencia, etc., que incidan en la paz. Evitando mensajes o imágenes que pudieran resultar violentos y ofensivos a terceros.

Con esta información los estudiantes presentaron sus proyectos. Algunas de las propuestas más discutidas fueron:

Propuestas presentadas en la exposición de carteles Ideas por la Paz.

Para la selección del cartel más adecuado se convocó a tres docentes con injerencia en el proyecto y, en palabras de los estudiantes, lo mas frustante era escuchar «ese no, no me gusta».

Los estudiantes replicaron una respuesta concreta y objetiva con fundamentos para poder argumentar que la propuesta no funcionaría para el proyecto. Algunas de las respuestas incluían frases como : «es un cliché», «se ve muy infantil» «los colores no me gustan».

Finalmente una vez seleccionada la opción de preferencia, y solicitando una explicación concreta y fundamentada, se argumentó:

Cartel ganador de la exposición de carteles Ideas por la Paz.
«Los colores utilizados brindan al lector una connotación de esperanza, de alegría, aspectos muy necesarios actualmente para infundir en la comunidad. El elemento gráfico de la paloma es un «cliché» pero éstos no deben rechazarse, en ocasiones el uso de elementos conocidos favorece la aceptación del mensaje y su permeabilidad entre la gente, máxime que el mensaje esta dirigido a toda la sociedad sin distinción de sexo, estrato social, nivel cultural etc… Otra de las observaciones positivas es que la imagen refleja jovialidad y actualmente en la ciudad se maneja la idea de que es la juventud quien sacará adelante a la comunidad. Se considera que la tipografía utilizada es formal, fuerte y se relaciona con mensajes de índole social. El espacio libre que se genera beneficia el manejo del texto y el balance del cartel».

Los estudiantes se mostraron mayormente complacidos con los argumentos de los docentes quienes en ocasiones y motivados por generar una opinión al momento, expresamos con falta de objetividad nuestra opinión basándonos solo en gustos personales.

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Bibliografía

  • Baldwin, Jonathán, Lucienne Roberts, Comunicación visual, de la teoría a la práctica, AVA Publishing, Suiza, 2006.
  • Cassarini Ratto, Martha. Teoría y diseño curricular, Trillas, México 2004.
  • Porter, Luis, Imaginación y Educación. Complejidad y lentitud en el aprendizaje del diseño, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México, 2008.
  • Shaughnessy, Adrian, Cómo ser diseñador gráfico sin perder el alma, Laurence King Publishing, Londres, 2005.
  • Sola, Carlos, Aprendizaje basado en problemas: un enfoque investigativo, Manantial, Buenos Aires, 1999.
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