Innovación y originalidad en diseño

Mucho se ha discutido si todo diseño debe ser novedoso y original. En el campo del diseño urbano, arquitectónico, industrial y gráfico hemos dado demasiado énfasis a la creación de lo nuevo.

Gabriel Simón, autor AutorGabriel Simón Seguidores: 222

La moda, con esa lógica perversa que renueva nuestros hábitos en cada temporada, reviste de nuevo el pasado, sin siquiera mejorarlo. Ante esto, destacan aún ciertas tradiciones, signos, objetos, calles, ciudades, etc., que son el orgullo de quien ha sabido mantenerlas. El hedonismo demanda cosas nuevas, pero ¿es que existe una experiencia de lo nuevo?, ¿se hace por acumulación paciente o por shock desconcertante?

Por su parte, las llamadas «vanguardias» tanto en la ciencia, la filosofía, el arte, la tecnología y la cultura, no han evitado excesos y confusiones en la mayor parte de los casos. El resultado evidente: en la actualidad ningún concepto se ha discutido tanto como la innovación y la originalidad. Se les denuncia como responsables de ser manipulables para dar poder y privilegios a unos cuantos. Se les acusa de haber perdido el sentido de realidad de la vida. Y no sólo eso: lo nuevo, lo original, está provisto de una parte que en cualquier caso es ilusoria, fruto de una realidad de recombinaciones de datos precedentes, y por otra, está sujeto al sistema de valores que las vanguardias pretendían derribar.

Los conceptos innovación, originalidad y diseño en parte se superponen. Pero existen connotaciones diferentes que no permiten declarar los conceptos como sinónimos. Obviamente, el diseño sin el componente innovador es una contradicción; pero la actividad innovadora que introduce algo original en el mundo, algo que no existía, no es causa suficiente para poder caracterizar el diseño en su plenitud. La innovación en el diseño es entendida como un proceso de cambio y alteración de los productos, sistemas y servicios de producción industrial, que introduce combinaciones nuevas que modifican profundamente el sistema productivo anterior. Esto lleva consigo la ruptura del estado estacionario y el inicio de un proceso de desarrollo. En la historia del diseño se reiteran continuamente, bajo diferentes ópticas, dos aspectos fundamentales: continuidad y cambio, y a veces sus conflictivas exigencias han originado profundas tensiones, reforzadas por la manera en que ha evolucionado históricamente el diseño.

Cambio vs. permanencia

El cambio es el fruto de la ciencia, de la técnica y de la producción industrial; se presenta en grado menor, y en contraste con la permanencia, en las instituciones sociales, políticas y jurídicas; actúa muy limitadamente en las relaciones humanas a nivel personal y en los sentimientos, las creencias, los prejuicios, en los cuales arraiga más la permanencia.

El cambio es en realidad una condición específica del ser humano que por su conducta creadora se diferencia de los otros animales y produce cultura; sin embargo, también necesitamos de la permanencia, porque es la condición para mantener nuestro equilibrio psíquico, el poder contar con respuestas previsibles a nuestros modos de conducta, especialmente a niveles emotivos y primarios.

Las formas y el aspecto de los objetos que han sido generados por el uso son arquetípicas y se constituyen a priori para todo diseño. Sin embargo la incrementada diversidad de artefactos no es necesariamente un extravío, necesitamos alternativas a lo que existe para mejorarlo. Las características de todos los productos de diseño tienen distintos valores relativos según las diferentes circunstancias y momentos en que pueden ser utilizados. Diseñar constantemente nuevos objetos, en la mayoría de los casos, no es solo producto del capricho de los diseñadores, sino una evolución real de la forma de un objeto dentro de un contexto con cambio constante de estímulos. Las cosas van cambiando continuamente y hacen que cambie el modo de convivir con ellas: nuevos usos para nuevas costumbres. Esta variante acaba por afectar a la forma de vivir de quién lo usa.

Mayall reconoce que «El diseño es un proceso de cambio, una actividad que se emprende no solo para satisfacer circunstancias cambiantes, sino para también para producir cambios en esas circunstancias por la naturaleza del producto que se crea».1 Será necesario entonces conocer en qué medida cambian, antes de saber si afectará las propias decisiones de diseño; en ese sentido se pregunta Jones: ¿en qué medida los supuestos y decisiones del diseño propuesto son válidos para la expectativa del producto?2 Según Mañá3 estos estímulos que influyen en la gestión y cambio de los objetos son:

  • la evolución de las necesidades y deseos,
  • los avances científicos y técnicos y
  • el desarrollo estético consecuente con las corrientes del pensamiento.

La evolución y cambio en las formas creadas por el hombre, en lo que atañe a sus aspectos fundamentales, se debe prioritariamente a razones de funcionalidad. Lo más lógico es que las nuevas formas producidas por el diseño respondan a una evolución normal en el perfeccionamiento de sus funciones, a pequeños o grandes cambios de enfoque que persiguen una mayor comodidad o rendimiento. Son muchas las formas cuya modificación y cambio se debe a la aplicación a usos diferentes impuestos por circunstancias sociales o hábitos de vida.

Por otro lado el conjunto de máquinas, herramientas, materiales y sus procesos que se ha denominado como «tecnología» esta sometido a un constante proceso de cambio, no solo como resultado de la invención y la innovación que les son contemporáneas, sino también como resultado de la difusión y la transferencia de innovaciones del pasado.
Así, la creación de la cosa industrial se halla fuertemente espoleada por la evolución de la ciencia y la tecnología. El descubrimiento de nuevos materiales o técnicas, así como nuevos fenómenos en cualquiera de las ciencias influyen decisivamente en la evolución de los productos de la industria. Las nuevas posibilidades modifican nuestra imagen del mundo y cambian nuestras ideas acerca de lo que necesitamos. Cada objeto tiene su forma, que no será, naturalmente, definitiva, porque las técnicas cambian, surgen nuevos materiales y por ello, ante cada innovación se plantea de nuevo el problema de que el objeto puede cambiar de forma. El objeto cambia y evoluciona por múltiples razones: cuando varía su uso; cuando cambia el material que tradicionalmente lo ha conformado, y también cuando cambia el modo de producirlo, como cuando pasa de ser producido artesanalmente a ser un objeto fabricado en serie industrialmente.

Sin embargo se ha utilizado el cambio tecnológico cada vez más acelerado para dar lugar a la caída en desuso tecnológico. La producción de cada año suele llevar consigo bastantes cambios tecnológicos como para que resulte bastante superior a la oferta de años pasados.

El cambio está fomentado por la sociedad de consumo, que de él vive y que ha creado dos mitos particulares: el deber de seguir las modas y la idea de status social ligado a la posesión de objetos, y por lo tanto a la necesidad de cambiarlos por otros más novedosos, la mayor parte de las veces más costosos, a fin de demostrar el ascenso del nivel social del poseedor. De modo que el cambio se produce con mayor rapidez principalmente en los objetos que forman el contorno actual del hombre, y por tanto influyen en él.

Sin embargo, esto no significa que deba considerarse la labor del diseñador como una mera expresión de estos factores circunstanciales: «proyectar un diseño no es simplemente plasmar en forma visual unos valores preexistentes, sino un proceso creativo y catalizador en el que se produce una recíproca influencia entre los factores externos y las creencias, talentos y habilidades profesionales del diseñador, sea un individuo o un equipo».4 Donde ejercen mayor influencia los factores externos es en la definición de los parámetros de la función utilitaria del diseño, es decir, los criterios por los cuales se le juzgará adecuado para una finalidad práctica determinada. La creatividad individual suele tener mayor peso a la hora de determinar el grado en que la forma resultante ofrece una experiencia estética y tiene una función psicológica y simbólica.

El cambio de las cosas es permanente y está influido por la evolución de los usos y las costumbres, los avances en la manera como hacemos estas cosas y los materiales que utilizamos, así como el desarrollo de los gustos; si bien estos no cambiaban bruscamente, y solo enraizaban un cambio tras largo proceso de acumulación observativa de aquellos pequeños hechos, que difieren de lo que llamábamos usual y que se va advirtiendo y tolerando progresivamente hasta que se acomodan en la atmósfera cotidiana. Por esto el diseño comparte la dualidad y el contraste de la sociedad contemporánea. En cuanto es actividad creadora y también productora de objetos, participa del cambio, pero al formar el marco de sus modos de vida individuales y comunitarios se asocia a la permanencia.

Con esta compleja situación se enfrenta el diseñador al tratar de cumplir con su tarea. Debe resolver una cantidad de problemas que surgen del destino del producto, de las técnicas y materiales que puede utilizar, de las necesidades económicas que debe satisfacer; las soluciones no pueden darse por separado, pues el producto de diseño que resultará debe ser un organismo, unitario como todo organismo. Por su actitud creadora va propiciando el cambio, favorecido por los aportes de la tecnología moderna pero, si quiere construir un entorno humanamente adecuado para sus contemporáneos, no puede desentenderse de la permanencia.

Nuestro entorno es la materia en la que cuaja esta evolución cultural, y son nuestras mentes y nuestras manos las que activan e instrumentan. El hombre, guiado por su sentir intuitivo y su saber reflexivo, va construyendo así su futuro. Como dice Jean Paul Sartre «El hombre está condenado a inventar a cada instante al hombre [...] hay un porvenir por hacer, un porvenir virgen que aguarda».5

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  1. El principio de cambio es el séptimo principio de los diez propuestos por W. H. Mayall en su libro Principies in Design, publicado por Design Council de Londres en 1979.
  2. JONES, Christopher, Diseñar el diseño, Gustavo Gili, Barcelona, 1975, pág. 75.
  3. MAÑÁ, Jordi, El Diseño Industrial, Biblioteca Salvat, Grandes Temas, Salvat Editores, Barcelona 1981, pág. 28.
  4. HESKETT, John, Breve historia del diseño industrial, Ed. Del Serbal, Barcelona, pág. 8, 1985.
  5. En RICARD, André, La aventura creativa, las raíces del diseño, Ed. Ariel, Barcelona, 2000, pág. 66.

 

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Ilustración principal del artículo Diseño, artefacto y cultura material
Diseño, artefacto y cultura material La humanidad se distingue de las demás especies en su facultad para, ante las deficiencias y la hostilidad de un medio, compensar con su imaginación la parquedad de recursos.

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Retrato de David Guerrero
0
Hace 5 semanas

El articulo proporciona una mirada profunda y crítica sobre la interacción entre la moda, la innovación y la permanencia en nuestra sociedad contemporánea, especialmente en el ámbito del diseño y la tecnología. Es evidente que se plantea una tensión entre la necesidad de cambio y la importancia de preservar elementos tradicionales y valores arraigados.

Desde mi perspectiva, el texto invita a reflexionar sobre cómo abordamos el progreso y la evolución en nuestras vidas. Si bien la innovación y la originalidad son motores importantes para el desarrollo humano, también es esencial reconocer la importancia de mantener un sentido de continuidad y conexión con nuestras raíces culturales.

0
Retrato de Hilda Lázaro Solano
0
Feb. 2016

Por favor sigan publicando de este tipo de temas que en verdad resultan importantes.

Gracias

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Retrato de Angélica Venzor
0
Nov. 2014

me sentí muy identificada con lo que vive el diseño como ente social ya que me he dedicado al acompañamiento individual hasta comunitario en procesos de cambio algunas para reducir situaciones de sufrimiento otros para accesar a un mejor nivel de vida, y en efecto uno al intentar detonar un cambio se enfrente a muchos elementos los cuales "aparentmente" son subjetivos y abstractos pero resulta que al final del día si en verdad estas comprometido y cuentas con un buen conjunto de herramientas si logras trascender e impactar.

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Retrato de Emilie Bibliowicz
0
Ago. 2013

Gabriel nos hace reflexionar como diseñadores. Tenemos en nuestras manos lo que mundo va a tener a su alrededor y como se va a ver el mundo. Aunque difícil suene la originalidad, está en nuestra mente de diseñadores la innovación que nos llevará a crear diseños que influyan de manera positiva a la sociedad de consumo.

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Retrato de Eder Noriega
1
Eder Noriega
Jun. 2013

Oiga don Joaquin Eduardo Sanchez Mercado, yo creo que te vas a quedar calvo completamente antes de viejo. Me asombra tu estupidez y tu cinismo de idiota en cosas tan evidentes y tratas de contradecirlas sin ningún tipo de razón. Ya me doy cuenta que no te ajuiciaron cuando eras pequeño. En estos momentos si tu fueras mi hijo te zampara unos correazos para ajustarte jejejeje. Eso es lo que te falta, unos buenos fajonazos, porque de diseño no sabes ni un culo.

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
May. 2013

El cambio no es fruto de la ciencia. La naturaleza, el universo, no permanecen estables, todo está en movimiento y en un proceso continuo de cambio. El cambio por tanto también está en el ser humano, no todo cambio es «fruto de la ciencia, de la técnica y la producción industrial [...]». Tampoco los cambios producidos por el hombre, son o han sido necesarios, racionales, o benéficos. Comento aquí, que la máquina de coser de tu mamá, no se puede juzgar unicamente por el decorado, o desde el siglo XXI, era la tecnología del momento, que ya fue un gran avance y era mucho mejor que coser a mano.

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Retrato de Dark-Bt Knup
0
Ene. 2013

me fue de mucha ayuda ! gracias !

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Retrato de Jaime Lucas
0
Oct. 2012

El articulo me parecio muy interesante! :D

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Retrato de Luisa Arellano
0
Oct. 2012

como se podria describir el senor Simon Gabriel Sol, en una sola palabra?

0
Retrato de Salvador Valdovinos
45
Oct. 2012

Gabriel, excelente reflexión sobre el valor de la innovación y de la permanencia. Me ha ayudado a entender un poco más la necesidad de que el diseñador investigue, observe, valore, critique y cuestione la cultura de la comunidad para la que diseña. Y dos obligadas preguntas serían: qué debe permancer y qué puede innovarse con el objetivo que bien defines de «construir un entorno humanamente adecuado». En la manera que se enriquezca nuestra percepción de lo humano a través de la investigación, la innovación y originalidad tendrán sentido y aportarán para un mejor futuro. ¡Gracias Gabriel!

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