Diálogo Nº 13115
Diálogo iniciado en el artículo ¿Debe colegiarse el diseño?
A estas alturas me parece casi imposible pensar que el diseñador tiene sentimientos corporativos. El diseñador no acaba de encontrar ese sitio cómodo donde, por un lado es singular y por el otro es parte de un todo social, cultural y productivo regido por las mismas reglas que otros. Hasta que el diseñador no deje de creerse tan «especial» sus estructuras organizativas estarán teñidas del discurso de lo diferente. Demasiada generosidad para una profesión inmersa todavía en la búsqueda de su propia divinidad.