El diseño al servicio del cliente: entre el gusto y la funcionalidad
Diálogo iniciado por Luciano Cassisi en el artículo Carta del diseñador al cliente
No estoy de acuerdo con que el trabajo le tenga que gustar al público, pero creo que es más una cuestión de redacción. Yo lo diría así:
El trabajo tiene que cumplir con los objetivos que Usted, señor cliente, se ha propuesto. Es mucho más importante que cumpla con esos objetivos, a que resulte bonito para Usted. Es cierto que debe sentirse cómodo con su diseño, debe sentirse representado, pero no pierda de vista sus objetivos.
luciano, es tu punto de vista y como cualquiera se respeta, no creo que sea cuestión de redacción y entonces ya hayas resuelto el asunto finalmente el objetivo es crear debate, en este caso te contesto no como diseñador sino como consumidor, como público, como usuario final y comprador, si algo no me gusta simplemente no lo compro, así haya cumplido con los objetivos del empresario. como diseñadores y asesores que somos trabajamos para el producto y quien lo consume no para el dueño del producto, de ahí la importancia de que se trabaje adecuadamente el mensaje a quien va dirigido, ¡saludos!
Yo sí creo que es una cuestión de redacción. No creo que el autor haya querido decir lo que tu has interpretado. De todos modos es interesante que surja el debate.
Es un error pensar que la venta siempre sea el objetivo del diseño. No es así. Por ejemplo, los Sistemas de Identidad Corporativa, las Memoria y Balance y la mayoría de los sitios de la Web, no tienen ese objetivo, pero sí tienen otros objetivos que deben alcanzarse. Pero incluso cuando el objetivo es fomentar la venta, no importa si al público le gusta o no el folleto o el aviso. Lo que importa es que produzca la venta.
es tu punto de vista, y creo que tu has malinterpretado entonces a lo que yo me refiero luciano, por ello concluyo diciendo y reiterando «en un proyecto de diseño es más importante trabajar para los clientes de nuestros clientes, es decir, para el usuario final», finalmente como escribí y tal vez no comprendiste dije: «como diseñadores y asesores que somos trabajamos para el producto y quien lo consume no para el dueño del producto, de ahí la importancia de que se trabaje adecuadamente el mensaje a quien va dirigido», espero haya quedado clara mi postura, y no sea nuevamente malinterpretada.
Tu dijiste: «si algo no me gusta simplemente no lo compro, así haya cumplido con los objetivos del empresario». Debes saber que no todos los empresarios te quieren vender algo a ti, de ahí que tu opinión en la mayoría de los casos no importe. Es decir, digo lo contrario que tu. Y digo también que cualquier proveedor de servicios trabaja exclusivamente para atender a los intereses de aquel al que le brinda el servicio, y no para «el producto y quién lo consume». Es decir, digo lo contrario que tu.
Espero haya quedado clara mi postura, y no sea nuevamente malinterpretada.
Luciano,Iván,un entremetido divertimento analítico: ACTO 1(Luciano): «creo que es más una cuestión de redacción». ACTO 2(Iván) «no creo que sea cuestión de redacción» ACTO 3 (Luciano): «Yo sí creo que es una cuestión de redacción. No creo que..». ACTO 4(Iván): «creo que tú has malinterpretado»... ACTO 5(Alfredo): «creo que el diseño es cuestión de como creo (de creer) cuando creo (de crear)».Negociemos como, para y con quien negociemos, diseñar implica acontecimientos entre humanos, que cada quien narra a su manera. Espero haya quedado confusa mi postura, y sea creativamente malinterpretada.
Alfredo, lo que subyace a estos supuestos malentendidos es una dicotomía añeja: si el diseñador debe ponerse al servicio del usuario (el público) o de su cliente.
La primera opción da por entendido que yo sé más que el cliente lo que a él le conviene.
En cambio la segunda opción incluye a la primera. Contempla todas las necesidades. Si estoy a su servicio, si estoy para ayudarle, obviamente le ayudaré a complacer a su público/usuario, pero sólo cuando me pida tal cosa (que no será siempre). Estoy para ayudarle a cumplir sus objetivos, los que sean, dentro de mis posibilidades.
Luciano, para el caso pienso similar a ti, pero más que la discusión de fondo, el intercambio escrito, me pareció bella muestra del caracter dialógico, subjetivo y cargado de valores (creo, creo, creo, creo) del diseño; insistir en convergencias, o consistencias, o declarar intervenciones del interlocutor como «no a lugar» podría cerrar la conversación y las posibilidades creativas. A mi parecer, perceptivamente Iván y tú encuentran consistencias en sus puntos, singularizar el fenómeno puede ocultar que, a menudo, la razón de A es la sinrazón de B y viceversa. ¡Un gran saludo!
finalmente para eso es este foro donde su premisa habla de reflexión + debate, si no todo sería muy plano, no creo que le haga daño al empresario ser asesorado ni por luciano ni por mi, muestra de ello son los años, muchos o pocos, y los logros, muchos y pocos, que ambos llevamos a lo largo de nuestra carrera, si bien yo no escribí el artículo es cuestión de reforzar determinado punto de vista y en ningún momento algo personal, ambos tenemos la capacidad, experiencia y aprendizaje para defender nuestros puntos de vista, luciano, si crees que los empresarios no quieran venderme algo...
De acuerdísimo, Iván(en lo que CREO comprender) CREO que habría empresarios, clientes y diseñadores que concordarían más contigo (de seguro CREERÍAN Y CREARÍANa partir de tu argumento; y otros que lo harían a partir de los argumentos de Luciano. Algunos en el de ambos y otros en el de ninguno. Pienso también en la ambigüedad de las palabras, así, donde escribes: «finalmente», unos pueden creer que das fin a este diálogo; otros que afirmas que «en última instancia» este foro es para reflexionar + debatir: «¿reflexatir?» (+ reflexión que debate) o «debaxionar» (+debate que reflexión). Saludos.
Caso real: Un médico manda construir un edificio de varios niveles para poner una clínica, quiere incluir un penthouse en el último piso para vivir ahí con toda su familia. Fue muy difícil hacerle ver lo impráctico de ubicar su residencia en el mismo edificio, lo que implicaba en higiene, convivencia con los enfermos, los accesos, pasillos, elevadores, sevicios sanitarios, etc. El cliente insistia y quería cumplir su capricho, el arquitecto se negó a llevarlo a cabo, hasta que lo convenció que era mejor plantar su residencia en otra parte de la ciudad, a veces el cliente no tiene la razón.
... (continúo) luciano, si crees que los empresarios no quieran venderme algo deberían hacer lo posible por lograr convencerme de lo contrario y justamente el diseño puede aportar en gran medida a esta situación, los empresarios no buscan reducir su partición de mercado con argumentos como el mío, al contrario, buscan aumentarlo y es por ello que en el diseño se encuentra un recurso, considero que nadie compra lo que no le gusta en términos prácticos, un buen empaque por ejemplo, si bien el diseño no vende y en eso coincido si ayuda a mejorar EL PRODUCTO que es a lo que me refiero.