Retomar el rumbo

El diseño debe concebirse como una actividad intelectual de alto orden, que va más allá de la proyectación y la estilización.

Kassim Vera, autor AutorKassim Vera Seguidores: 75

Vicente Sandoval, editor EdiciónVicente Sandoval Seguidores: 32

En el marco del 2º Seminario de Innovación Tecnológica para el Diseño, llevado a cabo en el CUAAD de la Universidad de Guadalajara, tuve la oportunidad de compartir una mesa de discusión con el Dr. Jorge Fregoso. El tema de la mesa giraba en torno a discutir sobre el estado del diseño industrial en México en la actualidad. Fregoso mencionó una frase que marcó una pauta en la discusión: «Volver al origen». Planteaba destruir el término que conocemos como «diseño», replantearlo y comprenderlo, ya que la actividad actualmente se concibe como la mera estilización, comercialización y optimización de los objetos producidos industrialmente.

El diseño como actividad intelectual

El sentido banal que se le atribuye al adjetivo «intelectual» se asocia al esnobismo: se utiliza comúnmente para referirse a aquél que lee. Sin embargo, un intelectual es un individuo que no sólo razona una idea ajena, sino que genera ideas propias y discierne entre unas y otras; el hábito de la lectura es, en el verdadero intelectual, una naturalidad, no una cualidad. Sartre mencionaba que un intelectual lo era hasta el punto en el cual encontraba una contradicción entre su labor y el sistema capitalista. Llegar a esta contradicción exigía en aquellos tiempos las cualidades mencionadas por parte del intelectual.

Entonces, definir al diseño como una actividad intelectual es concebirlo más que como una simple tareas de estilización, incluso más que como una actividad proyectual. El diseño, como actividad intelectual, debe exigir un proceso de pensamiento de alto orden, como Benjamin Bloom (1956) define en su taxonomía, en la que señala que las habilidades del pensamiento obedecen al siguiente orden (ascendente):

  • Recordar: nombrar, localizar, listar.

  • Entender: interpretar, parafrasear, explicar, resumir.

  • Aplicar: Hacer, implementar, llevar a cabo.

  • Analizar: Comparar, cuestionar, atribuir, deconstruir.

  • Evaluar: Juzgar, criticar, poner a prueba, experimentar.

  • Crear: diseñar, construir, planear, idear e inventar.

Según Bloom, el diseño sería entonces una actividad intelectual de alto orden. El problema sería definir el diseño y que la definición fuera congruente con el pensamiento de alto orden.

Definir el diseño

Decir que el diseño es una actividad intelectual podrá ser tomado por muchos como un cliché, y probablemente lo sea, pues muchas de las publicaciones de diseño giran en torno a definir y significar la actividad del diseñador. En ese sentido me gustaría demostrar que existe concordancia entre Bloom y otros autores como Donald Schön (1983), Horst Rittel y Marvin Webber (1973), que entienden al diseño más allá de lo proyectual y estilístico. Schön señala al «diseñar» (verbo) como:

  1. Acción concreta: dibujar, modelar, etc.

  2. Un trabajo previo a algo que será puesto en marcha.

Schön liga el diseño en el segundo punto con planear y dar origen. El diseño es ejecución, diseñar es significar, ya que:

  • El diseño es aprendible (learnable), pero no didáctica o discursivamente. Solo puede ser aprendido mediante práctica y experimentación para obtener una retroalimentación que pruebe y acepte una solución o la rechace al objetarla.

  • El diseño es holístico: sus partes no pueden ser entendidas de forma aislada, pues al ser una actividad significante, tiene un orden coherente.

  • El diseño depende de reconocer cualidades deseables o no deseables de la modificación que se realizará.

Se podría afirmar por lo tanto que si la actividad de diseñar se aprende al poner en práctica una idea, tiene un orden coherente y reconoce cualidades y posibilidades, el diseño tiene sentido sólo en un determinado contexto: en el que actúa.

Rittel y Webber señalan que el diseñador trabaja con lo que ellos laman wicked problems («problemas retorcidos» en inglés). Ambos acuñaron este concepto a problemas en los que la solución es engañosa; es decir, no hay un proceso claro que ayude a solucionarlo y dicha solución depende del que trata de resolver el problema. Definir el problema «es el problema». De este principio parten ambos investigadores para abordar la solución de un problema retorcido. Asocian estos problemas con los problemas de diseño, en donde la solución depende de la visión y preparación del que resuelve (diseñador) más que del proceso o el método. El diseñador es entonces el responsable de la solución, que es un reflejo de su capacidad y visión.

Entonces, el diseñador es un ente intelectual, que puede no sólo identificar un problema y crear una serie de soluciones, sino que debe ser capaz de analizar y evaluar. En conclusión, el diseñador intelectual y completo sería aquél que lleva hasta el más alto rango las seis partes de la taxonomía planteada por Bloom, pues concibe su actividad como significadora, creadora y mediadora, además de saberse responsable de sus acciones y los resultados de las mismas.

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Bibliografía:

  • Rittel, H. W., & Webber, M. M. (1973). Dilemmas in a general theory of planning. Policy sciences, 4(2), 155-169.
  • Schön, D. A. (1983). The reflective practitioner: How professionals think in action.
  • Bloom, B. S., Engelhart, M. D., Furst, E. J., Hill, W. H., & Krathwohl, D. R. (1956). Taxonomy of educational objectives: Handbook I: Cognitive domain.
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Debate

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Feb. 2014

Esa conclusión de "entes intelectuales", de "alto rango" y "holístico" suena jactancioso. Recordar, entender, aplicar, analizar, evaluar y crear, son prácticas cotidianas que se aplican en muchos otros campos, por lo que no veo que ello eleve mucho el rango del diseño. El diseño tiene lo suyo, pero no está por sobre otras actividades o profesiones. Y no se puede hablar del diseño únicamente desde el punto de vista del profesional de carrera, el diseño está en todas partes, en ciencia, arte, en la naturaleza. Quizá el Dr. Jorge Fregoso (amigo mío) tenga razón en lo de volver a los orígenes.

1
Retrato de Kassim Vera
75
Feb. 2014

Precisamente por eso propongo elevar el "diseñar" en la taxonomía: para separarla de la mera concepción como "profesión", pues coincido contigo en que el diseño es un campo presente en otros rubros, pero el estudiante/profesional de diseño requiere prepararse mejor para que sus soluciones trasciendan del mero color o material del producto. Fregoso mencionó la proliferación de diseñadores "especialistas" (en materiales, en innovación), siendo que muchos deben comprender "desde el origen" su actividad primaria: el diseño, que como actividad intelectual, trasciende una profesión o empleo.

1
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Feb. 2014

Me quedó claro ahora. Gracias

0
Retrato de Elizabeth Gómez Ibarra
2
Feb. 2014

Coincidiendo con tu opinión, es necesario subrayar el verdadero papel del diseñador y situarlo en el campo intelectual; como James Webb Young señala "la producción de ideas es un proceso tan definido como la producción de coches Ford; que la producir ideas, también, es el fruto de una cadena de montaje, en esta producción la mente sigue una técnica operativa que

puede ser aprendida y controlada". Estas reflexiones sobre el campo mental demuestran la vertiente por la que el diseño debería estar encaminándose; centrar el campo de estudio a estructuras mentales.

0
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Feb. 2014

No estoy de acuerdo con lo de la cadena de montaje, si bien todos tenemos ideas y siguiendo un determinado sistema podemos obtener soluciones, las ideas verdaderamente creativas y las personas verdaderamente creativas, no se obtienen por método y autodisciplina, no todos tienen la misma capacidad creativa, igual que no todos tienen el mismo grado de inteligencia. Recientemente hubo un estudio cuya conclusión fue que la práctica no hace al maestro. Incluso se puede ver en cosas más simples como el deporte, no todos pueden ser atletas de alto rendimiento. Hay unos que son más creativos que otros

0
Retrato de Elizabeth Gómez Ibarra
2
Feb. 2014

Esa interpretación del pensamiento deja de lado, el trabajo intelectual como una disciplina,

Los métodos y técnicas no son herramientas que frenan la creatividad si están siendo utilizados correctamente, lo que James W.Y. hace, no es otra cosa que enunciar los pasos que el pensamiento utiliza, y las aplica conscientemente, a manera de "método" como Nigel Cross enuncia "En cierto sentido cualquier forma identificable de trabajar en el contexto de diseño puede considerarse como un método de diseño». considerar más pasos definirá el porqué algunos resultan más creativos que otros.

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Feb. 2014

El trabajo, las técnicas, las herramientas, los métodos y la disciplina, ayudan pero no suplen ni garantizan la creatividad y la capacidad personal de cada quién. No son estas cosas las que hacen más creativo, o genio. La prueba es que hay muchos arquitectos, diseñadores, artistas, científicos, atletas, pero los que verdaderamente sobresalen es porque tienen algo más que todo eso que citas. No hay teoría que demuestre lo contrario de lo que asevero. El movimiento se demuestra andando. Y no se trata de dejar de lado nada, ni de lo que frena la creatividad. Siempre se puede mejorar, eso sí.

0
Responder
Retrato de Oscar Ramirez Franco
34
Feb. 2014

Muy interesante el artículo. Si entiendo bien deja en claro que el proceso de diseño existe en todos los aspectos de la vida humana. Sin embargo reconoce también que existe la profesión de quien aprende a diseñar y se dedica a ello ¿es así?

Si así fuera... ¿el "proceso de diseñar" tiene relación al famoso Design Thinking, como esa forma de pensar holística que identifica, analiza, crea y evalúa, más allá del diseño de productos y que puede ser enseñable?

0
Retrato de Kassim Vera
75
Feb. 2014

No sólo se reconoce que existe el profesional del diseño; legalmente existen personas "licenciadas" para "diseñar". El artículo intenta hacer notar que no siempre el "profesional" está bien preparado.

El "proceso de diseño" lo separaría del Design Thinking, pues dentro de esta corriente existen muchas vertientes: Enlace Una de ellas, de Donald Schön, que es la que se ejemplifica aquí y que liga al diseño con la actividad de "planear", que es aprendible (learnable) mediante la práctica y experimentación. Creo que más que "enseñar", se debe guíar y asesorar al futuro profesional.

0
Responder
Retrato de Freyma Martin
1
Mar. 2014

excelente aporte...

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