Realidades y convenciones

Aunque nos resistamos a aceptarlo, hay vida en otros cerebros: la cultura de la descalificación perjudica a quienes diseñamos.

Alfredo Gutiérrez Borrero, autor AutorAlfredo Gutiérrez Borrero Seguidores: 273

De construir conocimiento en diseño, pienso similar a lo que Chantal Mouffe (politóloga belga) sostiene del imaginario político: no está basado en un consenso racional, sino en un «pluralismo agonístico» a partir del cual es dable aceptar que siempre habrá antagonismos, pues todo «nosotros» presupone un «ellos».1

Considero sano practicar el diseño desterrando la idea de que hay una verdad y podemos tenerla; pensar que yo poseo certezas y los demás están equivocados es incompatible con las viabilidades creativas que brinda confrontar posiciones argumentalmente. Acepto que hay «verdades» en pugna2, no pretendo imponer ninguna y rechazo, por innoble, toda negación de la legitimidad de mis eventuales interlocutores (aun en el remotísimo caso de que me consideraran su «oponente»). Por ello, propongo que al dialogar agreguemos una fe de erratas permanente a nuestras aseveraciones: cuando y donde decimos «el diseño es», quizás queremos decir: «el diseño (en mi opinión) es»; y cuando y donde decimos la «realidad es», quizás queremos decir: «(para mí) la realidad es». Es superfluo señalar que otro diseñador no comprende la realidad porque la valora distinto a mí; y no porque yo afirme eso deja este de existir, ni su versión de la realidad de tener validez para él. Todos tenemos derecho a hablar del diseño, así no tengamos nada que ver con empresas ni academias, tal como todos podemos opinar de nuestra salud sin ser médicos, o reflexionar sobre la ley sin ser abogados.

En esa vena escribo aquí, con foco amplio, ante un foro de alcance iberoamericano, para potenciales lectores de infinidad de especialidades, universidades y países; y cuando aludo al diseño en este espacio, lo hago mediante un encuadre extendido sin apellidarlo siquiera, porque aspiro a incluirlos a todos y dialogar de ser posible con la mayoría de tales personas. Hasta donde intuyo, cada vez que un diseñador menosprecia a otro atribuyéndole características desfavorables, o marginalizándolo (aun cuando sea poco evidente) toda la comunidad sufre.3 En la ecología de opiniones y prácticas, todas las especies e individuos tienen papel; desde quienes como las hierbas producen conocimiento oxigenante, hasta quienes apenas se nutren del ajeno. Cada uno tiene sus lecturas de la «realidad»: quienes optan por leer, tanto como quienes optan por no hacerlo; y es que «leer», etimológicamente, remite al acto intelectual de elegir y combinar: el verbo latino legere, del cual procede, equivale a «escoger».4 ¡Leemos incluso cuando no leemos! Por lo mismo diseñamos mejor cuando intentamos «comprender la comprensión» de las demás personas; cuando tratamos de apreciar cómo otros «leen» lo que nosotros leemos de modo diferente; o cuando respetamos y aprendemos del modo cómo otros responden de formas en que nosotros elegiríamos no responder jamás.5

De nuevo los mapas

«La principal característica estructural de los mapas reside en que, para desempeñar adecuadamente sus funciones, tienen inevitablemente que distorsionar la realidad».

Boaventura de Sousa Santos6

Si en el plano personal de «la cartografía del diseño» las convicciones obstinadas conducen al individualismo, en su plano social lo problemático está en el ámbito de las convenciones: aparentes acuerdos usualmente aceptados, a menudo sin ser reflexionados, en virtud de los cuales cada quien supone que los demás tienen que estudiar y ejercer el diseño de modo similar al suyo y para servir sólo a sus intereses. Las convenciones recordemos son, hipotéticamente, asambleas7 donde unidos los participantes (y no digo representantes, pues creo que cada quien se representa sólo a sí mismo) de las sociedades suman entendimientos para tomar decisiones: algo apenas incipiente en nuestras colectividades del diseño donde, lejos de contrastar perspectivas en el diálogo, ocasionalmente aparecen todavía los argumentos ad hominem (intentos de anular las ideas señalando características y creencias supuestamente negativas de las personas que las presentan)8; incluso aquí, en FOROALFA, zona segura para la continua revisión conversada de realidades y convenciones, donde diseñadores de diversas especialidades compartimos nuestras respectivas «cartografías», asoman de cuando en vez comentarios que portan las señales de la cultura de la descalificación. Por favor, honremos el ejercicio comunicativo: debatimos con ideas, no contra personas.

De tal modo, resulta irónico mencionar convenciones, cuando en diseño lo convencional sería evitarlas. Mi impresión es que el acuerdo tácito, poco contrastado, favorece sectarismos y lugares comunes: opinamos a montones sobre lo más visible en medios masivos y el exitismo mercantil; pero ¿y la reflexión crítica? Triste que la forma siga a las ventas, cuando podría seguir a las posibilidades, según planteó Alexander Manú9; y todavía más triste que sean perseguidas la heterodoxia y la excentricidad. Requerimos examinar las mutuas convenciones en la cartografía de los diseños (pues sus significados permanentemente renovados soportan el derecho a pensar y a hacer de cada sujeto); necesitamos identificar nuestras directrices simbólicas, emplearlas para aproximar corrientes y tendencias específicas, a fin de emprender ejercicios interpretativos compartidos que aminoren disputas imputables a incomprensiones, testarudeces o vaguedades. Mientras los médicos y los abogados consiguieron familiarizar a buena parte de la humanidad con sus «cartografías» (al punto que casi cualquier humano comprende sus respectivos mapas basados en la ley y la salud) muchos de nosotros, los amigos del diseño, ni siquiera explicamos cómo o sobre qué construimos los nuestros. 

Por ende requerimos codificar nuestras convenciones cartográficas, mejorarlas de continuo y propiciar que, en el espectro de prácticas y especializaciones, integrantes de una academia cotejen su ubicación frente a los de otras; o que profesionales de comunidades de diseño de un país, comparen y compartan con los de otro; y que las personas del común puedan ubicarnos a todos: cada quien está situado en una encrucijada de representaciones múltiples (cuando diseño reconozco cómo me veo a mí mismo y cómo me ven otros y cómo esos otros se ven a sí mismos, y cómo yo los veo a ellos). Frente a nuestro «yo-estoy-aquí», como propuso Javier González10, hay muchos «tú-estás-allá», desde otras ópticas y lugares, de los cuales podemos aprender.

Somos ingenuos y ambiciosos cuando pretendemos que nuestra concepción del mapa del diseño es el mapa, o incluso que no hay mapa y nuestro parecer anclado arbitrariamente en algún momento a la vera de la historia del diseño es el mundo entero: ello por cuanto todas las cartografías son parciales y están en construcción permanente; solo los aportes socializados entre muchos (que no «socia-lisiados», por soberbias e intolerancias) abren paso al progreso: hay que ilustrar simbólicamente especificidades subjetivas de vivir la profesión sobre territorios particulares. Si en los mapas geográficos, «avión» significa «aeropuerto», «azul», cuerpo hídrico, o «verde», vegetal, ¿cómo representamos al diseño arquitectónico, al interior, al industrial, etc.?; haciéndolo podríamos difundir algún día mundialmente un listado de, esas sí, convenciones distintivas, y ubicarlo en recuadros al margen de impresos, blogs, páginas web, tarjetas profesionales, etc.11 Imaginemos una caracterización informacional del campo, incluidas sus fronteras con otras profesiones y dominios del hacer humano; proyecciones, escalas y simbolizaciones, en fidelidad semejante a la de Google Maps, o Google Earth12; detallando incluso los idiomas que hablamos quienes integramos comunidades de diseño; o la visibilidad comparativa de empresas, publicaciones e instituciones; o nuestras relaciones con los gobernantes; o la magnitud de nuestros proyectos; o nuestras coordenadas personales para poder buscarnos sobre versiones: figurativas, abstractas, referenciales o cognitivas de nuestros mapas; en textos corridos o en diagramas para ser leídos o vistos.13

La idea de cartografiar personas, y combinar modos de conocer con formas de representar es antigua; sin embargo, en época reciente, algunos han profundizado el asunto. Es el caso del  filósofo valenciano Francesc Llorens, quien, a finales de 2011, planteó el concepto de epistemocartografía («epistemología» + «cartografía») para el estudio de la interpretación representacional del territorio hecha por quienes integran las culturas (de diseño en nuestro caso) como medio de obtener comprensión de su conocimiento. O viceversa.14 «Conocéis según vuestros mapas (o según la ausencia de éstos)…»,  es el lema epistemocartográfico. Algo imperativo sería incluir o invitar a participar en la construcción del mapa incluso a quienes lo niegan. Comparto la hipótesis de Donald Schön, para quién el énfasis en la simpleza, la eficiencia y el rigor (¿negando el mapa?) conduce a elaborar proyectos irrelevantes: pues la complejidad, la inestabilidad, y la incertidumbre, ni se remueven, ni se resuelven aplicando conocimiento especializado a tareas bien estructuradas. Si alguna utilidad tiene usar efectivamente el conocimiento especializado, esta depende de su previa reestructuración filosófica en situaciones inexorablemente complejas e inciertas.15

Revisar convenciones y hacer nuevos y mejores mapas, permitiría rediseñar convicciones, sin que nadie rija ni dirija procesos de diseño, o imponga convicciones disfrazadas de convenciones para que otros las compartan y naturalicen como «la verdad». Siempre son concebibles múltiples formas de razonar, cada una con variados tonos. Por ejemplo, el sociólogo alemán Max Weber, planteó tres racionalidades: la moral-práctica (de la ética y del derecho); la estético-expresiva (de las artes y la literatura) y la cognitivo-instrumental (de la ciencia y la tecnología).16 Yo infiero que para diseñar hay un potencial descuidado en la racionalidad moral-práctica (que, en mi cotidianidad, considero la más evidente dentro del campo); no obstante, dentro de mi experiencia contextual en el diseño bogotano, batallan por predominar la estético-expresiva y la cognitivo-instrumental, ambas bajo enfoques mercantiles, con ventaja en credibilidad frente a la gente jóven de quienes validan esta última (por supuesto mi experiencia del diseño bogotano, NO es el diseño bogotano, solamente es mi experiencia del mismo); de todos modos, a las racionalidades de Weber, quizás las antecede y amalgama la racionalidad del diseño, cuyos usos hemos desarrollado poco: por la fobia de algunos a infectarse por teorizar en demasía. Como sea, preferible pensar para hacer que hacer sin pensar. 

Método: No. ¡Métodos!

«Algunos malentendidos en las conversaciones y análisis sobre diseño surgen al no considerar el lugar desde el que se habla o se escucha».

Javier González Solas17

Nuestra cartografía de diseño habríamos de construirla desde varias racionalidades, y no únicamente desde la versión que de una sola tienen unas pocas personas (con frecuencia voluntariamente cerradas a otros pareceres): según acontece con la realidad científico-técnica y la lógica que la fundamenta, ciertamente herramienta útil para el ejercicio del diseño, es a menudo mistificada y mitificada, como expresó perspicaz Norberto Chávez:

«Esta concepción cientificista es la que sustenta la fascinación por las «metodologías de diseño», construcciones de inspiración hipotético-deductiva, alto potencial ideológico y eficacia técnica prácticamente nula».18

En contraste, hay diseñadores que señalan el valor que para diseñar reviste no el método, sino LOS métodos (en plural) pues el escrutinio comparativo y la combinación de enfoques permite desentrañar lógicas subyacentes a todo proceso de diseño; y pensar por nuestros medios para consolidar racionalidades prácticas propias; y construir abordajes metodológicos personales: incluyo aquí las obras de Hugh Dubberly19  (sobre formas de diseñar); Lance Carlson20 (sobre modelos de innovación); y Gabriel Simon Sol,21 miembro y participante de FOROALFA (sobre la estructura metodológica unificada del diseño industrial).

Confieso mi sesgo: hay mapas del diseño no escritos ni plasmados, que damos por hechos. Muchos de éstos, trazados desde la lógica científico-técnica, los encuentro reduccionistas, pues el canon que sus defensores promulgan pareciera implicar que todo lo medible, bajo sus unidades de medida (y lo definido y lo definitivo según su interpretación del diccionario), es controlable (algo muy discutible) y que lo «inmedible» es inútil, inservible o inexistente para diseñar (algo más discutible aún). No estoy solo en eso: hace cincuenta años Pitirim Sorokin satirizó el empecinamiento maniático con cuantificar y controlar todo, denominándolo «quantofrenia».22 Como él, objeto la sumisión a mapas limitantes, dados por tradicionalismos autoritarios y mandamasismos mono-lógicos que niegan otras racionalidades; con un agravante adicional: quienes diseñan, al moverse en dicho marco angosto interiorizan sumisos una realidad dada desde valoraciones ajenas y conocimientos externos a los cuáles sus ideas tienen que amoldarse; cuando, muy al contrario, tal cual anotó José Luís Ramírez González «la teoría del diseño es una teoría de cómo la realidad es producida y de cómo las ideas y la experiencia pueden dar forma a una realidad externa…».23 Así pues, quienes nos implicamos en diseñar (desde poesías hasta constituciones, y desde empaques hasta ciudades) habríamos de evitar calificar de irreales a otras personas, o negar y desdeñar su capacidad para aportar a la construcción social de realidades; aun cuando sea porque hacerlo es negar y desdeñar el diseño mismo en sus infinitos matices.

Cuando las convicciones autocráticas son norma, abundan, entre convenciones y costumbres, técnicos expertos (eficientes, efectivos, eficaces, bla, bla, bla...) y escasean diseñadores reflexivos que desde su experiencia transformen convenciones y enriquezcan tradiciones con inéditas formas de representar y novedosos artefactos, desarrollados cooperativa o (al menos) socialmente. Afortunada la comunidad que cuenta con individuos motivadores de revaloraciones continuas de los mapas...

Me agradan enfoques conexionistas, como el de George Siemens, para quien la particularidad de los sistemas humanos es que sus integrantes opinamos y aportamos al cuadro general (mejorando incluso las teorizaciones que los expertos, quienes forjaron los sistemas mismos, tienen sobre tales), de esta suerte:

«Las personas somos capaces de conectarnos, compartir y crear. Somos co-creadores, no consumidores de conocimiento. La generación de contenidos está en las manos de muchos. La co-creación es una expresión del ser, un sentido de identidad, de propiedad. Poseemos lo que somos por las contribuciones que hacemos».24

Si algo ha de «controlar» un diseñador es toda predisposición a relegar a otras personas como socios de su hacer (colegas, alumnos, usuarios, críticos, y hasta «analfabetas», «ineducados», o contradictores, etc.); más gratificante es comunicarles su punto en la cartografía del mapa del diseño e invitar a esos otros a actuar igual; tanto mejor si logramos el concurso de quienes no son diseñadores profesionales (que diseñadores cotidianos somos todos los humanos). Aquí encuentro la vía para superar la ignorancia surgida de la intolerancia (tengamos presente que, en su ascendencia etimológica antigua, «ignorante» más que quien no sabe algo, es quien desestima el modo en que otros expresan su realidad, su «estar-en-el-mundo»)25 sea esto en el diseño o en cualquier otra circunstancia.

Es cuando todos valoramos las huellas de todos y nos concedemos el derecho a actuar en diferentes coordenadas del mismo mapa, e incluso en mapas distintos, que encontramos enfoques de diseño integradores para diseñarnos unos a otros, de continuo, como personas diferentes, siempre otorgándonos mutuamente más opciones para elegir nuevos y diferentes hábitos.26 Si asumimos la caracterización de esa gran construcción cartográfica del diseño, y empezamos a diseñar más allá de convicciones y convenciones,27 entramos en un dominio inédito donde lo conveniente (cuando es despótico) resulta inconveniente: el punto no es un método, ni una técnica, ni una competencia «esencial», sino la oportunidad de hacer existir lo inexistente; nos aventuramos en el campo que llamo de las «convecciones de diseño»: allí donde, de modo análogo a lo que sucede con las magnitudes físicas (masa, electricidad o calor) en virtud del desplazamiento de las moléculas28, las partículas dogmáticas son sacudidas y fluyen gracias al reconocimiento general de que todos diseñamos con diferencia de densidades e intensidades. En tal «comarca», resulta axiomático lo que planteó Jan Michl29:

«Es un hecho que todos los diseñadores, tanto los diseñadores extraordinarios, como los mediocres, siempre construyen, modifican y continúan el trabajo de otros diseñadores, y que nadie puede evitar hacer eso».

Así, las personas, todas nosotras, más que diseñadoras somos y vivimos como rediseñadoras; concédamonos unas a otras el derecho a diseñar distinto ¡Que culmine la cultura de la descalificación y empiece la del entendimiento!

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  1. Díaz Álvarez Enrique (2010). Entrevista con Chantal Mouffe: “El pluralismo va ligado a la aceptación del conflicto” en Barcelona Metrópolis, otoño (octubre-diciembre) disponible en: http://www.barcelonametropolis.cat/es/page.asp?id=21&ui=438
  2. Compárese con texto citado en [1].
  3. Compárese con  Krippendorff, Klaus. (1995). «Redesigning Design; An Invitation to a Responsible Future» in Design: Pleasure or Responsibility, editado por Paivi Tahkokallio & Susann Vihma (Helsinki: University of Art and Design). Pp. 138-162. Versión en línea en http://repository.upenn.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1046&context=asc_papers, p. 4.
  4. Véase etimología de leer en: http://etimologias.dechile.net/?leer
  5. Compárese con  Krippendorff, Klaus. (2005). «Writing: Monologue, Dialogue, and Ecological Narrative» en Michael B. Hinner (Editor) (2005).  Introduction to Business Communication, Freiberger Beiträge zur Interkulturellen und Wirtschaftskommunikation, Band 1, (Frankfurt: Peter Lang, 2005), páginas 119-159. Versión post-impresión en línea en http://repository.upenn.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1092&context=asc_papers, p. 17
  6. Santos, Boaventura de Sousa. (2003). Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia; para un nuevo sentido común: la ciencia, el derecho y la política en la transición paradigmática, p. 227, Bilbao: Desclée de Brouwer.
  7. Ver definición de «Convención», en Real Academia Española (2001) 22o, edición, Diccionario de la Lengua Española Real Academia Española (DRAE), en http://buscon.rae.es/draeI/
  8. Ad hominem. (2012, February 25). En Wikipedia, The Free Encyclopedia. Ver: http://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Ad_hominem&oldid=478700393
  9. Barreto V. María José (2004). «La forma sigue a la posibilidad”» pp. 42-44 entrevista con Alexander Manú en revista proyectodiseño, No. 32.
  10. Véase González Solas, Javier (2006) «Ud. está aquí. Dos paradigmas para la crítica del diseño: lo público y lo privado» en Trípodos Nº Extra.González.
  11. Veáse «Convenciones cartográficas» (sin fecha) en Encydia Encyclopedia beta en http://es.encydia.com/pt/Convenciones_cartogr%C3%A1ficas
  12. Véase http://maps.google.com/ o http://www.google.com/earth/index.html
  13. Véase Santos, Boaventura de Sousa, obra citada en [6], p. 232. 
  14. Llorens i Cerdà, Francesc (2011) «Educación, milenarismo y tecnomaravillas. Crítica de la Razón Tecnológica» video (ponencia) en http://mediateca.fundacion.telefonica.com/visor.asp?e7595-a15191 (ver minutos 9:50 a 10:30) Sala Conocer II: VI Encuentro Internacional EducaRed Fundación Telefónica, Madrid, España,  jueves 20 de octubre de 2011 (foto en http://ow.ly/i/jxf2/original).
  15. Compárese con Schön, Donald A. (1983). The reflective practitioner: how professionals think in action. New York: Basic Books, p. 19.
  16. Véase Santos, Boaventura de Sousa, obra citada en [13], p. 52.
  17. González Solas, Javier (2006) «Un mapa para la crítica del diseño» en FOROALFA. 
  18. Ver en Chávez, Norberto (sin fecha) Cuatro mitos en la cultura del diseño el apartado «Mito 1: la jerarquía científica».
  19. Dubberly, Hugh (2005) How do you design? [Beta] Dubberly Design Office, San Francisco, CA, descarga gratuita en http://www.dubberly.com/wp-content/uploads/2008/06/ddo_designprocess.pdf
  20. Carlson, Lance (2006) Innovation, it ain't done [Beta] Dubberly Design Office, San Francisco, CA. descarga gratuita en http://www.dubberly.com/wp-content/uploads/2008/06/ddo_book_innovation.pdf
  21. Simón Sol, Gabriel (2009) La trama del diseño. Porqué necesitamos métodos para diseñar. Ed. Designio, México, 209 p.
  22. Véase Sorokin, Pitirim Aleksandrovich. (1957). Achaques y manías de la sociología moderna y ciencias afines. pp. 158-259  Capítulos VII (Quantofrenia) y VIII (Quantofrencia, conclusión) Madrid: Aguilar.
  23. Ramírez González, José Luís (1997) «La teoría del diseño y el diseño de la teoría» en Astrágalo - Cultura de la Arquitectura y Ciudad, núm. 6, abril 1997 en http://www.ub.edu/geocrit/sv-70.htm
  24. Siemens, George. (2006). Knowing knowledge. p. 72 (mi traducción) S.l: s.n. versión gratuita del libro en http://www.elearnspace.org/KnowingKnowledge_LowRes.pdf
  25. Ver Harper, Douglas R. (2001-2010). «Ignorant» en Online etymology dictionary. [Lancaster, Pa.] en http://www.etymonline.com 
  26. Compárese con Siemens, George, obra citada en [24] p. 22
  27. Ver mi artículo, «Cuando la convicción estorba» (2012) en FOROALFA.
  28. Compárese con definición de «Convención», en Real Academia Española (2001) 22o, edición, Diccionario de la Lengua Española Real Academia Española (DRAE), en http://buscon.rae.es/draeI/
  29. Ver Michl, Jan, «Sobre el diseño como rediseño»: una exploración de un problema olvidado en la enseñanza de diseño, en http://www.ramona.org.ar/node/20064 revista argentina de artes visuales Ramona 79, marzo de 2008, traducción al español de parte del artículo «Seeing design as redesign», originalmente en el Scandinavian Journal of Design History 12, 2002, pp. 7-23; ver http://www.designaddict.com/essais/michl.html
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Este artículo no expresa la opinión de los editores y responsables de FOROALFA, quienes no asumen responsabilidad alguna por su autoría y naturaleza. Para reproducirlo, salvo que estuviera expresamente indicado, por favor solicitar autorización al autor. Dada la gratuidad de este sitio y la condición hiper-textual del medio, agradeceremos evitar la reproducción total en otros sitios Web. Publicado el 18/03/2012

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Debate

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

Uno de los problemas, es que diseño significa muchas cosas y tiene campos distintos, muchas veces lo que puede ser cierto en algunas áreas, no lo es tanto en otras. La teoría y la metodología puede ser muy distintas. Por otra parte en Foroalfa no a todos nos dan el mismo espacio que a ti, por ejemplo, ni la misma periodicidad de publicación. Creo que también sería algo que debe ser parte de ese respeto, no sólo de las ideas sino de las personas. También está el derecho a equivocarse, se puede estar en desacuerdo con lo que se expresa, pero se debe defender hasta la muerte tu derecho a decirlo.

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Personalmente te he escrito un mensaje invitándote a que nos digas qué es lo que te dejaría conforme respecto a la publicación que propusiste, respondiendo a los varios mensajes en que manifiestas tu disconformidad. Cuando nos digas lo que quieres hacer, con mucho gusto lo haremos.

0
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

Lo he dicho desde el principio, publicarlo completo como estaba inicialmente. Nada más.

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

No es lo que dice el mensaje que nos enviaste cuando te hicimos la propuesta (que no imposición) de dividir el texto. Cito textualmente: «Estoy de acuerdo en dividirlo, no sabía que había un límite de caracteres, con gusto lo haré. Adelante».

0
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

¿Después de la negativa, que más queda? porqué no publicas todos los mensajes que te envié.

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Mejor aún, aquí va el mensaje que motivó la respuesta citada:

«El texto está perfecto [...] pero el problema es que excede demasiado el máximo de 10000 caracteres. Tiene más de 24000. Dado que son todos pequeños párrafos que acompañan subtítulos, preferiríamos convertirlo en dos o tres artículos, que se irían publicando a razón de uno por mes. El único detalle es que los artículos deberían poder funcionar en forma autónoma, lo cual requeriría de una adaptación de tu parte. ¿Te parece posible? De ser así, volveríamos el texto a estado de borrador para que puedas modificarlo y dividirlo».

Esa vendría a ser la «negativa», supongo.

0
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

Me están diciendo que hay un «máximo de 10000 caracteres». ¿no es eso un restricción? ¿no es una regla que sólo uds conocen? ¿que no se dieron cuenta desde un principio que era demasiado largo y excedía a la norma? ¿soy yo culpable de que uds no clarifiquen esto? ¡Por favor! está más claro que el agua. En ninguna parte dice que puedo optar por dejarlo como está, ni siquiera en los mail que siguieron aceptaron por ningún motivo esa opción. No aceptaron, ni habiéndoles señalado que a otros si les publicaban en foma extensa y con mayor periodicidad. Si deseas publica completo y la cosa se aclara.

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Sí que lo dice. En la parte resaltada en negrita dice: «¿Te parece posible?». Muchas gracias por tu apoyo y comprensión. Tu texto acaba de publicarse tal como lo has enviado inicialmente. Perdón por ser tan ineficientes haciendo nuestro trabajo.

1
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

Te parece posible, es simplemente la manera cortés de decir si lo quieres publicar así córtalo a 10000 caracteres o no se publica. Nunca dice lo puedes dejar como está o reducirlo a los 10000 caracteres. Eso si sería una opción. Es mejor ser completamente claros y no mandar mensajes ambivalentes.

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Claro que sí. Gracias por tu apoyo y comprensión.

0
Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Soy de nuevo tercero incluido. Pax vobiscum. Joaquín, sometí a consideración de Luciano y FOROALFA, la eventual inclusión de textos rigurosos extensos (que encuentro útil);no obstante, dividir uno mío en textos mensuales independientes fue grato y acaso evite la popularidad decreciente de series como la de Yves Zimmerman «El diseño como concepto universal«(cuya parte I, gustó a 156 personas; la II, a 65, y la III a 39).Insisto recombinar letras enriquece. Como sea, Luciano y tú, me han antojado de leer el(¿los?)texto(s) en cuestión. Ojalá los publiquen, como sea:convicciones, convenciones...

0
Retrato de José Machado
10
Mar. 2012

En todo caso Joaquín, Luciano, Alfredo, valoro y agradezco la capacidad de síntesis. Pero, sobre todo, el respeto, valor no negociable, que por fortuna así se manifiesta en este juego de ping-pong verbal.

1
Responder
Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Gracias por opinar, Joaquín, tu idea de «El mismo espacio» da para un gran título de artículo, si te animas a escribirlo me apunto a leerlo... Y sobre el derecho a equivocarse lo ejerzo a cabalidad, sólo mira el párrafo 2: «y no porque yo afirme eso deja ÉSTE de existir» (omití tilde en «éste») y «ASÍ no tengamos nada que ver con empresas ni academias» (omití tilde en «así»). Alguien decía en broma, y con razón, que el cerebro está vinculado al trasero: siempre que pensamos (también aplica para diseñamos) en algún grado y para alguien la ca.... Ecológica suerte que las heces sean abono.

1
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

No creo que Foroalfa me lo publique, he tenido algunos problemas por un artículo, el que me hicieron partirlo en 3 pedazos aduciendo que sólo se admiten 10000 caracteres. Lo que escribí sobrepasa los 24000. En cuanto a la periodicidad de publicación me dicen que se publicaría uno por mes, perdiendo así la continuidad. Sin embargo no le aplican la misma restricción a otros. Después de más de un mes de subido, me dicen eso. No hay nada que advierta que hay un límite, como en estos comentarios. Yo creo que están en su derecho de publicarlo o no. Se supone que es un foro abierto a todas las ideas.

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Alfredo, a pesar de lo que cree la mayoría de la gente, «este» no lleva tilde en ningún caso. Probablemente sea una de las tantas reglas que la RAE ha modificado en algún momento y los maestros de escuela siguen igonrando. Ver el siguiente Enlace Respecto a «así», ese error se nos escapó y ya está corregido. Respecto al comentario de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado, sería bueno que le cuentes cuál era la extensión del artículo que propusiste originalmente y en cuántas partes has tenido la gentileza de dividirlo.

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

¿Y porqué no publican esto en la actividad reciente? no está ahí.

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Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Yo lo estoy viendo. Búscalo en la pestaña de actividad pública y lo encontrarás.

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Luciano,celebro leerte. Joaquín, en enero propuse un artículo,riguroso creo, pero,acepto muy extenso. Acogí sugerencia editorial de hacer varios textos (van 2 y siguen sin ser breves, ¡imagina lo largo!). Considero que todos ganamos (si tu caso es similar, yo lo dividiría, autoeditarse es útil). Respecto al 'así' Luciano, fue mi error, no se hubieran molestado (ya mucha edición hicimos). Sobre la tilde en 'este', en el enlace que das (3.2.1) leo«cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad(...)el demostrativo llevará obligatoriamente tilde», así lo veía, pero tu punto me tranquiliza.

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Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2012

Según la regla la excepción aplica únicamente a «aquéllos», cuando reemplaza al sujeto, para que se comprenda. En el caso de «esto, eso y aquello» no hay posibilidad de ambigüedad. Por ejemplo: «¿por qué compró este libro usado?» se distingue claramente de «¿por qué compró este un libro usado». Otro error muy común que comete todo el mundo es tildar la palabra «solo» cuando reemplaza a «solamente». La regla indica que se debe hacer la excepción cuando haya riesgo de ambigüedad, lo cual sucede muy rara vez. Dejo el Enlace a la regla.

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Vale Luciano, aunque me gusta la emancipación, por comidad,en este caso me acojo gustoso a lo que dice la Real Academia Española (o más precisamente a lo que prescriben los académicos que diseñan sus normas pues como tal la señora Real Academia Española no es una persona que pueda decir algo) en su Diccionario Panhispánico de dudas, ahora y gracias a 'este'; sé que cuando escriba 'éste' me torno de inmediato, si no en irreal, cuando menos en irreverente y paso por inculto. En este caso mi convicción estorba y acojo las convenciones. Cuestión de mapas. Grato dialogar es, diría el maestro Yoda.

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2012

El problema es que nunca aclaran cuan largo puede ser los artículos, si tienes una norma y no la haces pública, entonces no es mi culpa. En cambio con estos mensajes de comentarios nadie puede reclamar porque está todo claro. Que en lo referente a los artículos no esté eso claro, no es mi culpa, es culpa de Foroalfa, si tu vez que esa norma está establecida para todos, entonces te limitas a ese tope. Ahora bien porqué a otros si les publican en foma extensa rompiendo su propia norma y porqué también en periodos más cortos que los que me asignaron. Mi artículo pierde efectividad si se mutila.

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Retrato de José Machado
10
Mar. 2012

Alfredo, ¿ecológica o escatológica suerte...?

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Luciano, me quedé pensando en tildes. En las bromas que nos hacemos con la escritura (pues la escritura no puede hacérnoslas);observa: cuando afirmamos que «este«no lleva tilde en ningún caso, técnicamente señalamos que desde la corrección idiomática es erróneo escribirlo con ella; pero sí puede llevar tilde y la lleva cada vez que escribimos: 'éste'. Por ello, Ramírez González señala que cuando los guardias de un edificio nos dicen «señor no puede entrar aquí» (cuando ya estamos dentro) en realidad señalan es que no debemos entrar... Lo correcto ayer será errado mañana y viceversa.

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Retrato de Rodrigo Montaño
8
Rodrigo Montaño
Mar. 2012

Creo que la RAE cometió un error gordísimo al comunicarnos que la tilde ya no es necesaria en palabras como «éste» y «sólo», entre otras. Hubo una gran controversia, y con mucha razón, pues aparece la confusión en el uso del pronombre determinativo y el adjetivo determinativo: Leí (no recuerdo dónde, la verdad) un artículo llamando a todos a desobedecer las nuevas reglas, pues la propuesta trae problemas de comunicación, y yo me uní con mucho gusto. Aunque la RAE ahora lo considera error, como dijo Luciano; yo seguiré con las tildes porque me parece lo más adecuado. ¡Saludos!

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Con normas, apreciado Rodrigo, sancionamos unas versiones de 'realidad' y descalificamos otras; y aunque, ocasionalmente, nos molesten, las necesitamos para comprendernos. Así, cuando decimos «esta palabra existe o esta no existe» (aludimos a si dicha palabra está avalada por la entidad que regula la lengua) pero al escribirla cualquier palabra existe. En la invención, incluida la de palabras nuevas, hay comienzos para el diseño (basta con apostrofarlas o encerrarlas en comillas sencillas, pueda que aquí se lean como barras diagonales), 'normadivaguemos' aunque tal palabra no exista.¡Saludos!

1
Retrato de Rodrigo Montaño
8
Rodrigo Montaño
Mar. 2012

Siií, tienes toda la razón, Alfredo. De todas maneras, imagino que dentro de algún tiempo volveremos a las antiguas normas. Bueno, soñar un poquito nunca está por demás jajajaja. Nuevamente, mil disculpas por la confusión de «demostrativo» con «determinativo» en mi anterior comentario; lo siento mucho. ¡Un abrazo!

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Retrato de Aura Mª Vega Stavro
33
Mar. 2012

Saludos Alfredo. Respecto a la descalificación, creo que se torna muchas veces en un elemento destructor, del cual la academia no se libra. Hay instituciones académicas en las que piensan que es más productivo no sólo pelear por lo suyo, sino, descalificar al otro, cuando puede ser tan enriquecedora la práctica interdisciplinar, por ejemplo investigaciones en conjunto de Programas de Diseño Gráfico e Industrial.

Sobre los métodos se ha discutido mucho sobre los que deben ser propios del Diseño, pero muchas veces no se concluye. Sucede lo mismo con la Investigación en Diseño. ¿Qué aportamos?

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

¿Por qué concluir Aura Ma.? el diseño, el diseñar estar siempre en proceso, y los métodos o, mejor, el uso teórico de lo métodos es (varios autores lo han dicho) como una caja de herramientas, hay que aprender a compararlos, y ser riguroso en combinar, emplear, en experimentar con ellos. Como escribió Eduardo Álvarez Pedrosian: «el proceso de investigación está abierto al descubrimiento más allá de un único a priori fundante, sea una experiencia emblemática o una matriz disciplinaria compartida por una comunidad», las teorías son prácticas necesarias, a crearlas y a usarlas. saludos.

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Retrato de Sandra Turchi
0
Sandra Turchi
Mar. 2012

Alfredo, comparto tu mapa en toda coordenada. Es reconfortante «verte» desde este punto geográfico y saber que coincidimos en esta idea abierta, amplia, maleable, innovadora y vanguardista. Siempre digo que lo mejor de las normas es que tal vez las creamos para poder romperlas, y que diseñar es natural y propio de la especie humana. Todos, absolutamente todos diseñamos, y en esa diversidad se recrea constantemente el «mundo», con o sin tildes.

1
Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

Es tan grato encontrar acuerdos, como humano encontrar desacuerdos, me alegro de la consonancia entre tus ideas y las mías, que cada quien aporte al diálogo y que se permita dialogar; en las propias palabras construimos y en y por las ajenas somos construidos. Hay muchas fuentes por compatir, muchas ideas por generar, mucho diseño por realizar.

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Retrato de Rodrigo Montaño
8
Rodrigo Montaño
Mar. 2012

Perdón por este comentario que sobra; pero quería corregir lo que dije más abajo. En lugar de «determinativo» debía ir «demostrativo». Mil disculpas.

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Mar. 2012

¿Perdón? por ser humano... y errar, na, suerte que FOROALFA permite que nos equivoquemos, todo invento, todo intento trae nuevos equivocaciones... de la Bogotá a La Paz.

1
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Retrato de Sebastian Urrea Suarez
19
May. 2012

Totalmente de acuerdo, Alfredo creo que en el de-construir, desarmar, armar conocimiento, como cuando niños nos preguntábamos el cómo y el porqué funcionaban nuestros juguetes, desarmando y armando, con piezas sobrantes pero igual nuestro juguete funcionando. Como el conocimiento siempre faltaran piezas, siempre sobraran preguntas y faltaran respuestas.

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Retrato de David Esteban Vargas Otálora
24
Mar. 2012

Alfredo esto me hace acordar cuando nos decías en clase e íbamos a hablar sobre los proyectos de nuestros compañeros: que no los vayan a descalificar, sino que den aportes y si hay algo que no están desacuerdo, usen frases como: «yo lo haría de esta manera o miraría por este lado». A lo que quiero llegar es que ésto se debe aplicar desde la academia, no denigrando las ideas de los demás sino aportar a estas ideas para construir un mejor proyecto y mucho mas rico. Porque en clases pasadas cuando invalidaban mis ideas, me sentia mal y no podia avanzar, por el miedo a «volver a equivocarme».

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Retrato de Jorge Aristizabal
10
Mar. 2012

Excelente articulo! ya se vislumbra una propuesta para relacionar los diferentes mapas, esto parece ser un trabajo para todos, pues si un solo diseñador lo diseña quedara sesgado a un punto de vista que es precisamente lo contrario a lo que se busca...

Gracias por el texto. Muy bueno.

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Retrato de Lourdes Lara
1
Mar. 2012

Excelente artículo para analizar, me ha invitado a la reflexión. Saludos

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